Vitoria - Entre hoy y mañana se desvela la gran incógnita que mantiene en vilo al Baskonia, cuyo rival para colarse por sexta vez en su historia en una Final a Cuatro permanece todavía en el aire. La lógica apunta a que ese futuro escollo para estar presente en el Kombank Arena de Belgrado entre los días 18 al 20 de mayo será el Fenerbahce o el Olympiacos, pero tampoco está descartado un enfrentamiento ante otros dos clásicos de la máxima competición como el CSKA o el Panathinaikos en función de otros resultados. Eso sí, son hipótesis algo descabelladas y casi imposibles de que vean la luz en esta última jornada donde realmente contados equipos se juegan algo importante.

El Baskonia repite presencia por tercer año consecutivo en una ronda donde el listón de la exigencia subirá varios enteros. Cualquiera que sea su enemigo, el desafío será de dimensiones gigantescas teniendo en cuenta la desventaja de campo con la que partirá la tropa comandada por Pedro Martínez.

Cabe recordar que los vitorianos nunca han accedido en el pasado a la gran fiesta del baloncesto europeo en unas circunstancias como las actuales: una eliminatoria al mejor de cinco partidos y sin el factor pista a su favor. Un desafío más para un grupo que, desde el desembarco de Pedro Martínez, ha protagonizado una reacción digna de elogio y es temido por cualquiera de los cuatro cabezas de serie.

No sólo contra uno de los mejores equipos de la Euroliga deberá lidiar el Baskonia entre los días 17 de abril y 1 de mayo, sino también contra la asfixiante temperatura ambiental de una de las canchas más calientes de toda la competición. Bien sea el Ulker Sports Arena, la Paz y la Amistad -donde el Baskonia no se impone desde 2007-, o el OAKA, el pujante conjunto vitoriano estará obligado a realizar una machada de trazos épicos y no verse intimidado por el ambiente de las gradas.

El Olympiacos, posiblemente el ogro europeo que vive unas horas bajas en los últimos tiempos pero que acostumbra a sacar su envidiable gen competitivo cuando las circunstancias así lo demandan, se ha convertido en el juez del destino baskonista a corto plazo en la Euroliga. De imponerse hoy al Efes, algo que todo el mundo da por hecho apreciado el abúlico estado del colista, el Baskonia evitará al CSKA y deberá esperar hasta mañana para saber su rival.

fenerbahce, muy duro Si los pupilos de Sfairopoulos deciden ir a muerte ante el Zalgiris y consiguen la victoria, quedará plasmado el enfrentamiento con Spanoulis, Printezis y compañía. En caso de que el sorprendente Zalgiris de Jasikevicius profane el templo heleno, ya será inviable la posibilidad de asaltar la sexta posición en manos de los bálticos y la expedición azulgrana deberá reservar un billete con destino a Estambul. Allí aguardará el Fenerbahce, un rival incómodo a más no poder que combina el desbordante talento de varios de sus jugadores y la extrema disciplina táctica de un genio de los banquillos como Obradovic, el indiscutible rey de la competición que aspira este año a izar su décima Euroliga a muy pocos kilómetros de su casa de Cacak.

La opción más rocambolesca es un cruce contra el Panathinaikos, que sería el rival baskonista si se producen cuatro resultados: su victoria en Milán y la de los vitorianos, al margen de las derrotas del Olympiacos y Real Madrid, que llegado el caso podría elegir adversario al ser el último clasificado de cara al Top 8 que entra en liza en la jornada de mañana midiéndose al Brose Baskets. En una competición tan glamurosa que presume de ser la segunda mejor del mundo tras la NBA, aún hay aspectos que chirrían sobremanera. Un año más, resulta tercermundista que la última jornada carezca de horarios unificados, más cuando no se ha concretado ninguna eliminatoria para la Final Four.

Cábalas. El cuadro de Obradovic, vigente campeón de la Euroliga, será el rival en el cruce de cuartos si el Baskonia gana hoy al Efes y el Zalgiris se impone mañana en el Pireo al Olympiacos.

Verdugo. A los vitorianos no les ha ido nada bien ante el Fenerbahce, el mejor equipo defensivo de Europa. Sendas derrotas en el Buesa (69-83) y en el infierno de Estambul (79-74).

Cábalas. El Baskonia se cruzará con el conjunto griego, vigente subcampeón continental, si supera al Efes y los de Sfairopoulos hacen lo propio con el Zalgiris.

Maleficio en Atenas. Muchos ven a este Olympiacos como un grupo menos competitivo que antaño, pero la estadística azulgrana en El Pireo es aterradora. No vence un partido en la Paz y la Amistad desde el año 2007.

Cábalas. Podría darse un pulso con el ogro ruso solo con una doble combinación: la derrota vitoriana ante el Efes y el triunfo del Khimki en el Palau Blaugrana.

Máximo favorito. El CSKA, verdugo de los alaveses en dos ocasiones esta campaña, ha sido de largo el mejor bloque de la fase regular con un devastador poderío ofensivo. El ‘Chacho’, De Colo, Higgins y Clyburn son letales.

Cábalas. El cruce con los atenienses parece improbable, pero podría darse matemáticamente. Para ello, se necesitan su victoria en Milán y la del Baskonia, además de las derrotas de Olympiacos y del Madrid, este ante el Brose.

Con él empezó todo. El agónico triunfo ante los de Pascual en el Buesa (85-84) cimentó la pletórica reacción azulgrana. Fue el primer partido de Pedro Martínez.