Vitoria - La ansiada reacción no puede demorarse ni un día más. En una cancha mítica donde ha protagonizado épicas hazañas y salido por la puerta grande en el pasado, el Baskonia busca esta noche un punto de inflexión que sirva para dejar atrás la peligrosa espiral de juego y resultados en la que anda sumido. El conjunto vitoriano, reo de una peligrosa inestabilidad en todas las facetas del juego y obligado a dar un golpe en la mesa pese a que la salud le siga sin acompañar, encara la segunda jornada de la Euroliga ante el Maccabi dispuesto a equilibrar su casillero de victorias y derrotas.

Tras el correctivo encajado la semana pasada en Creta, este desplazamiento a Tel Aviv ha adquirido una relevancia especial para un colectivo que necesita mostrar ya algunas hechuras que inviten al optimismo. La fase regular de la máxima competición es una carrera de fondo y obviamente todavía no hay urgencias a nivel clasificatorio, pero ello no quita para que sea obligatorio ofrecer una imagen radicalmente distinta a la de compromisos precedentes.

Tanto Pablo Prigioni como la plantilla aspiran a encontrar un balón de oxígeno para erradicar la intranquilidad existente en el entorno. Para ello, nada mejor que un triunfo en uno de los grandes santuarios continentales -ahora bautizado como el Menora Mivtachim Arena- con el fin de levantar el ánimo y empezar a sentar las bases de la progresiva recuperación.

Con la incógnita del francés Rodrigue Beaubois, que al igual que Iván Martínez integró el pasado martes la expedición con destino a la capital israelí pero del que nadie sabe a ciencia cierta cuál es su estado físico ante su maltrecha rodilla, el Baskonia tratará de dar la réplica a una de las escuadras más laureadas de la competición que busca reencontrarse consigo mismo tras su decepcionante trayectoria en las dos últimas temporadas.

En las manos de un viejo conocido del Buesa Arena como Neven Spahija, el mismo al que Josean Querejeta despidió sin miramientos en 2008 pese a la conquista de dos títulos (Supercopa y Liga ACB), una final de Copa del Rey o el billete para la Final Four de la Euroliga, el Maccabi viene de doblegar con suma claridad en Alemania en la primera jornada al Brose Baskets. Aún resulta prematuro aventurar cuál será su techo en el torneo, pero la corta plantilla que dirige el preparador croata tampoco parece preparada este ejercicio para retos ambiciosos. Desde luego, no se encuentra ni de lejos al mismo nivel de los CSKA, Real Madrid, Fenerbahce y compañía.

amenazas variadas Siguiendo la tradición de años anteriores, el amarillo vuelve a ser un equipo americanizado que delega su suerte en la potencia física y la electricidad en el uno por uno de un grupo de jugadores muy definido. Por encima de otros nombres sobresale en este arranque el base Pierre Jackson, MVP de la primera jornada con unos números estruendosos (27 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias para un total de 41 de valoración), aunque el preparador croata también posee otras armas peligrosas.

Después de frustrarse la llegada de Jordan McRae en el último momento, su principal amenaza en el perímetro es el efímero exbaskonista Michael Roll, que pasó con más pena que gloria por Vitoria en el play off por el título correspondiente a la temporada 2015-16 tras la impopular decisión consensuada entre el club y Perasovic de dar la baja a Jaka Blazic. En el juego interior destaca la vuelta de un clásico como el volador Alex Tyus, capital en la conquista de la Euroliga por parte de los israelíes en 2014 con su baloncesto por encima del aro, o la apuesta por el fornido Artsiom Parakhouski, una de las revelaciones de la pasada Euroliga en el Unics Kazan.

También cuentan con un papel destacado dentro de la rotación macabea el base Norris Cole, dos treses con pasado en la ACB como DeAndre Kane (Baloncesto Sevilla) y DeShaun Thomas (Barcelona), además del interior Jonah Bolden. Por lo demás, sus jugadores israelíes carecen de fuste para erigirse en una velada amenaza. Un rival y un escenario siempre a respetar, pero ni mucho menos inaccesibles para un Baskonia que, ante todo, necesita endurecerse en el plano defensivo para albergar opciones de gloria.