vitoria - Rodrigue Beaubois se ha convertido ya en un foco de máxima preocupación en el seno del Baskonia, maltratado sin piedad por las lesiones en este arranque de curso. El anotador francés se mantiene como un expediente X, en parte por el tradicional hermetismo de la entidad del Buesa Arena a la hora de informar sobre el estado de los lesionados.

El tratamiento conservador al que se ha sometido para dejar atrás sus problemas en la rodilla no termina de dar sus frutos. Su bagaje en partidos oficiales desde el inicio de la temporada se reduce a tan solo 23 minutos, repartidos en los encuentros ligueros ante el Estudiantes y el Gran Canaria. Este pasado fin de semana se desplazó a Fuenlabrada y fue incluido en la planilla, pero básicamente lo hizo en previsión de que otro jugador tocado del perímetro como Jayson Granger no pudiera ser de la partida. El uruguayo forzó y Beaubois ni siquiera haría la rueda de calentamiento ni se sentaría en el banquillo del Fernando Martín. El club confirmó ayer que hoy integrará la expedición de doce jugadores con destino a Tel Aviv, aunque su participación ante el Maccabi es una incógnita.

El exterior galo ha vuelto a recaer de sus problemas en una articulación que le está llevando por la calle de la amargura desde hace meses. Dado que terminó la pasada temporada en un precario estado, consensuó con el club en el verano un viaje a Alemania con el fin de ponerse en las manos del mismo especialista que trató las dolencias de Bargnani en la espalda. El paso por el quirófano no fue sopesado como una solución a sus males y se determinó un tratamiento conservador que no ha desterrado el dolor de un jugador que sigue entrenando al margen del grupo y se halla lejos de las facultades físicas ideales para erigirse en una pieza útil.

El propio Prigioni confirmó ayer el pesimismo respecto a la evolución de su lesión, si bien tampoco arrojó nada de luz respecto a los pasos que los galenos seguirán en próximas fechas. “No somos optimistas con Rodrigue a corto plazo. Lo intenta, pero no termina de dar con la tecla. Él lo está pasando mal porque quiere y no puede. Hoy estamos en un punto muerto. Su situación nos está haciendo daño, ya que estamos compitiendo con una rotación muy limitada en la posición de escolta. Quizás eso pone demasiada presión en los bases a la hora de construir y anotar”, reconoció el preparador argentino.