vitoria - Aún quedan muchas semanas para conocer las plantillas definitivas de la ACB el próximo curso, pero es probable que la del Baskonia vuelva a estar entre las más jóvenes. Y el club alavés llevará al máximo esta filosofía en la posición de cinco, que a priori ya está cerrada. Con Ilimane Diop, Johannes Voigtmann y Vincent Poirier, los azulgranas tendrán seguramente el trío de pívots más bisoño de la liga. El primero ha cumplido los 22, el segundo cumplirá los 25 en septiembre y el tercero hará los 24 en octubre. Poca experiencia para una posición que todavía puede resultar fundamental en las competiciones domésticas y europeas. El mejor ejemplo lo tuvo el propio Baskonia con Ioannis Bourousis hace tan solo un par de cursos.

Casualmente, el más joven de ellos es el que más experiencia acumula tanto en ACB como en Euroliga. Ilimane Diop encarará en septiembre su quinta campaña en el primer equipo con un protagonismo ascendente, que le ha llevado este verano a ser convocado por segunda vez en la preselección española de baloncesto. Sin embargo, el senegalés de 2,11 metros no ha sido capaz de asentarse como un referente en su posición por sus precipitaciones y problemas de faltas.

Por su parte, Johannes Voigtmann demostró en su primer experiencia en la élite europea que posee capacidades más que de sobra para jugar en el Baskonia, pero su rendimiento fue descendiendo a medida que la temporada llegaba a sus puntos clave. El alemán resulta valiosísimo por su capacidad para espaciar la pista gracias a su versátil lanzamiento. No obstante, debe mejorar presencialmente en la zona, especialmente a la hora de defender.

Vincent Poirier es el caso más desconocido. El francés despuntó el año pasado en la liga gala como parte de la revelación, el Paris-Levallois. Queda por ver si el imponente pívot es capaz de rendir a un nivel similar en competiciones más exigentes, como lo son la ACB y la Euroliga.

El punto fuerte de esta triada de cincos son sus características, más que diferentes y adaptables entre sí. Diop es la intimidación y envergadura más puras. Voigtmann representa el pívot moderno, capaz de abrir la cancha, mientras que Poirier responde al corte clásico de interior capaz de rebotear y jugar en la zona con soltura. Ahora es Prigioni quien debe exprimir al máximo sus virtudes .