vitoria - Hace apenas una década, si se le preguntaba a un aficionado del deporte de la canasta por las siglas CBA (Chinese Basketball Association) la mayoría de ellos no sabría qué responder. Hoy, en cambio, la competición china está en la comidilla del mercado baloncestístico global, recortando cada vez más diferencia respecto a Europa. Precisamente, aumenta a pasos agigantados el número de jugadores del Viejo Continente que ven en esta liga oriental su oportunidad de oro para lograr un retiro soñado, o como un lugar de paso en el que engordar sus carteras mientras esperan una la llamada de la NBA o algún gigante europeo. Porque el principal atractivo de la CBA no es otro que el dinero. La liga china no cuenta ni de lejos con el prestigio de la Euroliga o la NBA, pero sí permite a jugadores que quizá no sean de primera línea cobrar como tales, o incluso más.

Porque, a pesar de que lleve más de un lustro en progresión, ha sido este verano cuando la competición está recibiendo un ramillete considerable de jugadores desde el Viejo Continente. Uno de los últimos en anunciar su marcha fue nada menos que Ioannis Bourousis. Tras resucitar su carrera en el Baskonia, el griego probó suerte en el Panathinaikos al lado de Mike James, donde no le fue tan bien como en Vitoria. Consciente de estar -posiblemente- ante su último tren deportivo, Bourousis no dudó en aceptar la tentadora oferta de los Zhejiang Guangsha Lions, cifrada en cinco millones de dólares por dos años.

Casualmente, Bourousis se enfrentará a otro ex baskonista que también da los últimos coletazos de su trayectoria. La marcha de Luis Scola a los Shanxi Brave Dragons dolió a más de un aficionado azulgrana que soñaba con verle en el Buesa por última vez. No obstante, a sus 37 años, el argentino también optó por llenarse los bolsillos de billetes orientales y disfrutar de una competición mucho menos exigente en el plano físico.

Pero la liga china no es solo un lugar para viejos elefantes que buscan un último lugar antes del descanso eterno. Si los casos anteriores resultan más lógicos debido a la edad de los deportistas, también hay otros ejemplos de baloncestistas en pleno apogeo que no rehúyen de las mieles orientales. Sin ir más lejos, el último máximo anotador de la ACB es uno de ellos. Edwin Jackson jugará en el Guangdong Southern Tigers por una oferta “imposible de rechazar”, según él mismo. Y así debió de ser, porque el escolta francés estaba en las agendas de algunos equipos NBA o de diferentes potencias europeas, pero sorprendió a propios y extraños con su fichaje por los chinos. El año pasado ocurrió un caso similar con el propio Darius Adams, también cotizado por conjuntos como el Barcelona, que acabó partiendo a la CBA. Un año después, el estadounidense ganó el título con los Xinjiang Flying Tigers y obtuvo el MVP de la final.

El éxodo desde la ACB continúa con Kyle Fogg. El que hasta ahora era jugador del Unicaja se desvinculó del club malagueño para poner rumbo a los Guangzhou Long Lions. Otro jugador perseguido por varios gigantes europeos era Keith Langford. Pese a que este septiembre cumplirá las 34 primaveras, el ocaso de la carrera del escolta aún está por avistarse. Este año ha sido el máximo anotador de la Euroliga con 21,8 puntos por encuentro, y el Real Madrid, el Valencia o el Panathinaikos ansiaban contratarle. Sin embargo, todo apunta a que Langford ha aceptado los 5 millones por dos temporadas que le ofrecían los Shenzhen Leopards, donde coincidirá con Maciej Lampe.

Aaron Jackson también ha experimentado una situación similar. Con el Barcelona pujando insistentemente por él, a sus 31 años el base se decantó por los Beijing Ducks de la CBA, donde cobrará 4,6 millones en los próximos dos cursos. Allí tendrá la difícil labor de suplir a Stephon Marbury. La otrora estrella de la NBA se considera el pionero de este éxodo al firmar en 2010 su primer contrato en Oriente. Una vía alternativa que también utilizan cada vez con más insistencia otros baloncestistas con pasado en la liga estadounidense.

Desde Europa, la lista no ha hecho más que engordar en los últimos días, con Sonny Weems siendo el último en aceptar la fiebre de los millones chinos. Sí es cierto que, por el momento, este éxodo tiene puesto un tope, dado que los equipos de la CBA solo pueden disponer de dos jugadores no asiáticos en sus plantillas. No obstante, visto el torrente de ingresos que supone para los clubes orientales contar con estos jugadores como reclamos publicitarios y acaparadores de estadísticas, no sería extraño que se flexibilice dicha norma en años venideros.

Además de cobrar contratos multimillonarios, la CBA permite a las estrellas extranjeras firmar estadísticas desorbitadas

El éxodo desde Europa y la NBA se ve limitado por el máximo de dos jugadores no asiáticos que permite la liga china a sus conjuntos

Ioannis Bourousis. El gigante griego, tras no brillar en el Panathinaikos, engordará su cartera en China. Le esperan los Zhejiang Guangsha Lions.

Luis Scola. Tras el rumor de su posible retorno al Baskonia, el icono argentino vivirá su última aventura deportiva con los Shanxi Brave Dragons.

Edwin Jackson. El máximo anotador de la ACB desoyó los cantos de sirena de la NBA y de la Euroliga para firmar un contrato de cifras astronómicas con los Guangdong Southern Tigers

Kyle Fogg. Otro ex ACB que pone rumbo a China de la mano de los Guangzhou Long Lions.

Keith Langford. En este caso, los cinco millones de dólares que recibirá en los Shenzhen Leopards explican el éxodo del máximo anotador de la Euroliga.

Aaron Jackson. Rechazó al Barcelona para ganar 4,6 millones de dólares en los Beijing Ducks.

Sonny Weems. El último en confirmar su adiós por 1,3 ‘kilos’ en los Zhejiang Golden Bulls.