Vitoria - Son demasiados años ya alejado de los focos de cualquier final que siempre mantiene intacto el prestigio y corrobora la extrema solidez de cualquier proyecto. El Baskonia, capaz otra vez de mirar a los ojos de los más poderosos, se halla a las puertas de un momento culminante de su historia en el que debería poner fin a su larga travesía por el desierto. Después de que se le haya escurrido la gloria en varias ocasiones, puede y debe cambiar de una vez por todas el rumbo de una historia reciente en la que los sinsabores están predominando por encima de las alegrías. Desde luego, es ahora o nunca después del soñado cierre de fase regular acontecido el pasado domingo que le ha permitido afrontar el asalto a la cuarta Liga ACB de su historia desde la parte menos exigente del cuadro.
No es que la formación vitoriana vaya a circular a través de una alfombra roja tanto en el play off de cuartos como el de semifinales, pero se ha quitado del camino de un plumazo a varios cocos que amenazaban con propiciar un adiós prematuro al ejercicio. Hasta una hipotética final no se verá las caras con la revelación del Iberostar Tenerife, tampoco deberá colocarse los guantes de boxeo para hacer frente a esa china en el zapato que representa en la actualidad el pujante Unicaja, posiblemente el equipo más en forma del torneo y al alza desde la conquista de la Eurocup, y evidentemente pasará de largo el enfrentamiento ante el Real Madrid, a juicio de los entendidos la plantilla más rutilante del Viejo Continente.
Aguardará en primera instancia un Gran Canaria siempre correoso y con el espíritu de la competitividad tatuado en el rostro pero también vulnerable si el Baskonia rinde a su nivel habitual. De sortear el obstáculo amarillo, el rival de semifinales vivirá horas bajas y también estará al alcance de los pupilos adiestrados por Sito Alonso. La duda estriba en si finalmente será un Valencia Basket repleto de dudas y al que su exclusión de la próxima Euroliga ha minado en el plano psicológico o, en su defecto, la versión más descafeinada que se recuerda de un Barcelona que arde en deseos de que llegue el verano para reconstruir un proyecto en ruinas. Cualquier aficionado baskonista hubiera firmado en su día esta ruta cuando arrancó la presente edición liguera.
Y es que, dentro de la lógica dificultad que entraña competir en estas lides, el calendario a corto plazo será benévolo para quebrar un mal fario que ya perdura mucho tiempo. Desde septiembre de 2011, fecha de la última final disputada por el Baskonia en cualquiera de los cuatro torneos donde suele tomar parte -en este caso, la Supercopa celebrada en Bilbao con el Barcelona como rival-, la silueta azulgrana no brilla en lo más alto del cartel de una final. Eso sí, los precedentes de esta campaña no son demasiado alentadores a la hora de rescatar victorias en los partidos decisivos. Ese mal de altura es lo que conviene erradicar por fin.
baskonia tras evitar a ‘miuras’ como unicaja y real madrid, el equipo vitoriano tiene una gran oportunidad de retornar a la final de la acb