vitoria - La ACB recibió ayer un varapalo esperado con la resolución emitida por la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia, que declaró oficialmente muerto el canon de entrada a la competición -cifrado en más de 3,5 millones de euros- y, por tanto, abre la puerta a que se produzcan ascensos y descensos. Tras un procedimiento iniciado en octubre de 2015 como consecuencia de una denuncia interpuesta por el Tizona de Burgos, que por tercer año se veía obligado a renunciar a su plaza en la máxima categoría al no poder asumir las leoninas condiciones exigidas por la ACB, ayer se conoció que el organismo dirigido por Francisco Roca ha sido multado con 400.000 euros por este motivo.

De esta sentencia se deduce que a partir de ahora primarán los méritos deportivos en un torneo que estaba cerrando a cal y canto la puerta de entrada a nuevos asociados. A diferencia de los últimos años, deberían subir ya dos equipos procedentes de LEB Oro y descender a la categoría de plata los dos peores clasificados. Hasta la fecha, cualquier club que pretendiese dar el salto a la élite debía reunir alrededor de seis millones de euros para concretar su objetivo. Más de la mitad estaba destinada a pagar el canon de entrada y otros dos millones iban a parar al fondo de regulación, sin obviar el esfuerzo extra necesario para configurar un proyecto competitivo. Y todo ello sin obviar otros requisitos como el aforo del pabellón.

Tan duros eran estos requisitos que en el quinquenio comprendido entre 2011 y 2016, solo dos equipos han conseguido ascender -Iberostar y Andorra-, y solo el cuadro del Principado lo hizo abonando todo el canon. Como consecuencia de ello, hasta ocho equipos que acabaron en puestos de descenso mantuvieron la categoría. El Estudiantes, por ejemplo, evitó la hoguera en dos ocasiones por este motivo.

El expediente siguió su curso y la ACB recibió en abril del año pasado un pliego de concreción de hechos en el que se le comunicaba que sus estatutos incumplían la legislación sobre libre competencia. Se hablaba de, entre otras cosas, “una competición fosilizada” a la que acceder era literalmente imposible. Y es que el canon a pagar se divide en la cuota de entrada y la aportación que cada club que asciende debe hacer al fondo de regulación de ascensos y descensos. La cuota de entrada está fijada en 2,4 millones y el fondo en 1,2, cantidades a las que hay que añadir el IVA. El único guiño de la ACB fue simplemente el compromiso de que no aumentaría esa cifra, salvo la actualización del IPC. Ocho años después, la suma de ambas ya roza los seis millones de euros, algo inasumible para prácticamente todos los equipos de LEB que consiguen la plaza de ascenso a la Liga Endesa.

de aplicación inmediata En una reciente entrevista para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en vísperas del arranque de la Copa, Francisco Roca se mostró reacio a la abolición del canon. “Sería una mala solución. Ha sido uno de los factores que ha llevado en los últimos 25 años a la Liga Endesa a ser una de las competiciones de referencia en Europa. El modelo en su conjunto ha funcionado y me preocupa que este tipo de cuestiones tan delicadas se resuelvan con decisiones maximalistas. El canon cumple una función que es modular el derecho deportivo. Acepto que se discuta que haya que reducirlo. Estamos en negociaciones con la Federación para renovar el convenio y una de las cuestiones es ajustarlo”, dijo entonces el director ejecutivo.

Esta determinación de la CNMC tendrá consecuencias graves para la patronal, que deberá aplicarlo aunque recurra y mantenga el litigio en los tribunales. Las reacciones de los equipos que no pudieron consumar en su día el ascenso (Palencia, Burgos, Ourense o Melilla) no se harán esperar y pueden reclamar indemnizaciones millonarias. Y el único que lo pagó, el Andorra, también exigirá el reintegro del dinero que ingresó en sus arcas. La resolución de Competencia fue demoledora al “considerar acreditado que, a través de una serie de acuerdos adoptados a partir de 1991, la ACB impuso unas condiciones económico-administrativas desproporcionadas y discriminatorias respecto a los clubes que tienen derecho a ascender de LEB Oro por méritos deportivos”.