vitoria - Transcurridos ya varios meses de competición oficial y en vísperas de afrontar una parte crucial del calendario, la inquietud respecto a la aportación del fichaje estrella del Baskonia de cara a este ejercicio va en aumento. Ni siquiera la buena trayectoria azulgrana en ACB y especialmente la Euroliga puede esconder que Andrea Bargnani se encuentra actualmente muy lejos de las expectativas derivadas de su mediático fichaje allá por finales de julio de este año. El frágil poste transalpino no acaba de arrancar ni conseguir la trascendencia que se esperaba en el juego mientras la confusión respecto a su estado físico aviva más si cabe las dudas con un puñado de partes médicos por parte del club rodeados de un cierto halo de oscurantismo.

La cotidiana estampa de Il Mago calentando sobre una bicicleta estática justo detrás del banquillo mientras el juego está en marcha, un hecho noticioso y casi sin precedentes en otros jugadores de la historia del Baskonia, deja entrever los cuidados y mimos especiales que precisa un pívot de cristal que hasta la celebración del pasado Preolímpico con su selección acumulaba varios meses alejado de los focos. De momento, su papel deja más interrogantes que certezas en espera de lo que depare a corto plazo un calendario repleto de regalos envenenados para la formación alavesa.

En su deseo de sentirse nuevamente baloncestista y recuperar el prestigio perdido en Vitoria se están interponiendo un cúmulo de pequeñas lesiones que le mantienen sin el ritmo ideal y ralentizan constantemente su puesta a punto. Sin algo de continuidad, será literalmente imposible que Il Mago empiece a asomar la cabeza, se deje sentir como el hombre fuerte de los vitorianos bajo los tableros y, por ende, se sitúe cerca del altísimo listón colocado la pasada temporada por un superlativo Bourousis.

Detrás de su pobre rendimiento, eso sí, parecen no estar exclusivamente los problemas físicos en el pie, el codo, muslo o la rodilla, los lugares donde se ha lesionado si uno se atiene a los partes médicos del Baskonia. En contadas ocasiones, ha sido el referente espiritual y anímico de un Baskonia que se sostiene gracias gracias a la mordiente de su pujante perímetro. Su primera aparición en la Euroliga ante el Efes despertó una catarata de elogios, pero rara vez ha sido el hombre que se ha echado el equipo a sus espaldas para sortear los obstáculos surgidos por el camino.

virtudes y defectos claros Ni en cuanto a números ni mucho menos sensaciones, Bargnani ha podido responder hasta ahora a la confianza que generó su desembarco en un amplio sector de la entidad y del propio baskonismo, ilusionado como no podía ser de otra forma con un jugador que en su día fue número 1 del draft y que ha dejado destellos de su indiscutible calidad allí por donde ha desfilado.

Precisamente pinceladas de talento y una muñeca de seda es lo que ya ha lucido el transalpino en sus cada vez menores apariciones con la elástica alavesa. Es en otras facetas del juego donde su rendimiento se halla plagado de sombras, si bien sus defectos eran conocidos al dedillo por todos y ello quedó en un segundo plano para la secretaría técnica a la hora de abordar su contratación y formar la tripleta de cincos juntos a Voigtmann e Ilimane Diop.

Por unas u otras razones, lo único cierto es que Bargnani no ha podido brindar esas dosis de solidez que necesita el Baskonia para aspirar a lo máximo en todos los frentes. Lo chocante es que, números en mano, el cuadro de Sito Alonso no está acusando como se pensaba la baja de su teórica piedra angular en el juego interior ante la sobriedad del alemán y el hambre del senegalés, cuyo despliegue en cualquier caso se antoja insuficiente para los partidos de la máxima dificultad que aparecen a la vuelta de la esquina.

El italiano se ha perdido ya un total de nueve partidos y el balance es de seis victorias -Joventut, Manresa y Estudiantes en ACB y Real Madrid, Estrella Roja y Darussafaka en Euroliga- por solo tres derrotas (Gran Canaria en la Supercopa, Unicaja a nivel doméstico y Olympiacos en el frente continental). Incluso anida la sensación de que con él en pista, el Baskonia pierde ese vértigo con el que se siente tan a gusto.

En los últimos encuentros donde estuvo medianamente sano, Sito Alonso redujo drásticamente su cuota de minutos y no le concedió la alternativa hasta el tercer cuarto. Un hecho sorprendente si se tiene en cuenta la jerarquía que debía ostentar dentro de la pintura azulgrana en el boceto de equipo diseñado por Querejeta y Salazar. Coincidiendo con la dureza de los próximos envites, sobre todo en la Euroliga, emerge el momento ideal para que Bargnani remonte el vuelo.

ACB. Promedia hasta la fecha 12 puntos y 3 rebotes en 23 minutos de media. Tan solo ha disputado ocho partidos en el torneo doméstico habiéndose perdido las citas del Joventut, Unicaja, Manresa y Estudiantes. Su día más afortunado, al menos en cuanto a valoración, data del choque ante el Zaragoza, en el que se fue hasta 18 de valoración. Sin embargo, su mayor puntuación tuvo lugar en las segunda jornada ante el Murcia (20 tantos). Tiene un aceptable porcentaje desde el 6,75 con nueve aciertos de 20 intentos.

Euroliga. Ha jugado siete de los once encuentros con unos promedios similares a los del frente doméstico: 12,6 puntos y 2,7 rebotes en 21 minutos de juego. Su mejor actuación se produjo en la jornada inaugural ante el Anadolu Efes de Perasovic (26 puntos y 23 de valoración). Aquí firma un discreto 31,3% en triples al haber encestado tan solo cinco de sus 16 triples.