vitoria - En estos tiempos presididos por el oscurantismo a la hora de emitir los partes médicos y arrojar algún tipo de luz sobre la salud de los lesionados -el “pendiente de evolución” inunda las escuetas notas de prensa firmadas por los clubes de élite, ya sea de cualquier modalidad-, Baskonia y Fenerbahce mantienen sendos focos de máxima preocupación a once días de protagonizar una de las semifinales de la Final Four de Berlín. Asumido desde hace tiempo que Shengelia no llegará a tiempo pese a encontrarse ya en la recta final de la recuperación de su lesión en el menisco y que la participación de Blazic no corre ningún tipo de peligro tras su esguince de tobillo en Fuenlabrada, Perasovic cruza los dedos para poder alinear a Causeur. En las filas turcas, por su parte, es Jan Vesely quien mantiene en vilo a Obradovic y trata por todos los medios de acelerar su retorno a las canchas. Es posible que alguno o incluso los dos lleguen a tiempo de reaparecer, pero otra cosa bien distinta será evaluar la posibilidad de que se conviertan en elementos de cierta utilidad en una cita de alto voltaje donde solo la plenitud física es garantía de éxito.
Lo cierto es que no hay demasiados motivos para el optimismo en ninguno de los dos casos. La falta de ritmo es una realidad para dos piezas con jerarquía y una importancia indudable en los esquemas de los técnicos balcánicos. Si Causeur aporta las imprescindibles gotas de cordura en un Baskonia propenso a caer de vez en cuando en el descontrol ante la peculiar personalidad de sus dos bases, Vesely es el prototipo de poste residente en el segundo piso que alimenta el poderío del Fenerbahce bajo los aros y causa furor tanto en ataque como en defensa gracias a sus portentosos muelles.
alternativas solventes Las credenciales de uno y otro son conocidas al dedillo por todos, aunque sus equipos han sabido sobreponerse a unas ausencias que ya se prolongan demasiado en el tiempo. En el caso del francés, su última aparición data del pasado 20 de marzo en aquella tarde de infausto recuerdo ante el Unicaja (56-83). Desde entonces, sus molestias en la espalda le han dejado fuera de combate y viene de perderse los doce últimos partidos del cuadro vitoriano. Ante el GBC realizó una suave sesión de tiro en los prolegómenos, pero su participación en Berlín es una incógnita. Ni siquiera el escenario de una posible infiltración, algo a lo que el jugador debería dar su visto bueno en un caso de extrema urgencia, abre la puerta a su reaparición. Queda el consuelo de que el Baskonia ha respondido hasta ahora con entereza al desafío de competir sin su capitán, cuya ausencia ha sido mitigada gracias al sobrio nivel brindado por Blazic y Hanga o la coincidencia en pista de los eléctricos Adams y James.
En el caso de Vesely, afortunadamente para los intereses azulgranas, tampoco está predestinado a ser un hombre diferencial si deja atrás su lesión. Casualidades del destino, el checo resultó lesionado en la misma jornada que Causeur disputó su último partido: el 20 de marzo. Tras dañarse el tendón de Aquiles, se le diagnosticaron seis semanas de baja que teóricamente se cumplieron este pasado fin de semana. Sin embargo, ayer no se vistió de corto en el duelo que el Fenerbahce disputó en Gaziantep y se desconoce si jugará el próximo fin de semana ante el Yesilgiresun en el último test de los de Obradovic antes de medirse al Laboral Kutxa. Sin el concurso de Vesely, una fuerza de la naturaleza como Udoh se ha encargado de sostener por sí solo el poderoso juego interior de los otomanos en el cruce de cuartos ante el Real Madrid.