vitoria - Las lesiones nunca son bienvenidas en ningún lugar, pero el Baskonia ha visto cómo la desgracia de ver caer uno tras otro a casi todos los integrantes de su perímetro ha permitido a Perasovic descubrir la pócima del éxito. Con prácticamente la totalidad de su cuerda exterior fuera de combate a excepción de Corbacho, la imperiosa apuesta por sus dos bases se encuentra detrás de los últimos éxitos azulgranas. Pese a la dramática orfandad de efectivos en una misma demarcación del campo, al técnico croata no le ha quedado otro remedio que simultanear la presencia de Adams y James, cuya consabida vena anotadora ha disparado la pólvora y convertido al Baskonia en un conjunto imprevisible y muy difícil ser contenido por los oponentes.
Si algo está consiguiendo Peras a lo largo de este ejercicio es amoldarse a las virtudes de su corta plantilla. Extraer el máximo jugo a los puntos fuertes de cada jugador es algo en el debe de muchos entrenadores, pero el balcánico no alberga dudas a la hora de saber por dónde encauzar su planteamiento en un tramo de máximas curvas por las lesiones. Ahora que tres jugadores se han visto incapacitados para aportar algo al grupo, es cuando ha entendido la cabeza pensante del Laboral Kutxa que hay que explotar el talento ofensivo de dos timoneles incapaces de titubear a la hora de descargar su furia sobre el aro rival.
Con Adams llevando la manija del equipo y James desplazado al puesto de dos, el Baskonia ha conseguido resistir la presión del Gran Canaria en la ACB en pos del cuarto puesto y viene de rubricar la hazaña de acceder ocho años después a una Final Four de la Euroliga. Con un parte de guerra desolador, muchos podían temer que el grupo iría perdiendo fuelle en todos los frentes. Pues bien, ha ocurrido todo lo contrario gracias al pletórico momento de forma de la que es hoy en día, sin duda, la pareja de moda del baloncesto europeo.
Las portentosas actuaciones de ambos estadounidenses les han colocado ya en boca de todo el mundo. Hasta las fatídicas lesiones de sus compañeros en el perímetro, Perasovic había apostado por hacerles jugar juntos en contados tramos de la temporada. Básicamente cuando el Baskonia estaba atascado en ataque y necesitaba incrementar la mordiente ofensiva. Pese a haber estado desde el primer día que pusieron los pies en Vitoria en el ojo del huracán por su individualismo y falta de templanza al frente del timón, nadie duda ya de que la presencia de Adams y James es un filón por varios motivos.
confianza por las nubes Cuando a otros les quema el balón, ellos se sienten como pez en el agua monopolizando todo el peso de los ataques. Jamás les tiembla el pulso y, aunque eso les lleva en ocasiones a caer en la precipitación, ponen su talento y capacidad física al servicio del Baskonia. Sin su torrente de canastas, no hubiese sido lo mismo en el cruce ante el Panathinaikos.
En este instante, su confianza se encuentra por las nubes gracias a unos números superlativos. En los últimos nueve encuentros entre ACB y Euroliga, promedian algo más de 35 puntos. Ninguna otra pareja a nivel continental se aproxima a semejantes dígitos. Hasta ahora, el álgido estado de uno había coincidido con las dudas del otro, pero actuando juntos durante una ingente cantidad de minutos se muestran avasalladores y unen sus fuerzas para hacer del Laboral Kutxa un sólido candidato al reinado continental.
Desde luego, es difícil encontrar hoy en día otro equipo con tanta pegada e instinto asesino como el alavés cuando estos volcanes norteamericanos entran en erupción. Caso de mantener su nivel, las opciones azulgranas de hacer algo grande en el Mercedes Arena de Berlín se dispararán. Con independencia de la vuelta de algún lesionado a corto plazo, caso de Hanga, de lo que no hay duda es que Perasovic se ha cerciorado del latente peligro de la ofensiva cuando Adams y James coinciden en pista. Para aplicar esta estrategia, el balcánico deberá sacrificar algo entre la cordura de Causeur, el trabajo de intendencia de Blazic, el físico de Hanga o la muñeca de Corbacho.