vitoria - A lo largo de la presente temporada, los aficionados del Laboral Kutxa se han acostumbrado a ser testigos de notables actuaciones del equipo en las que, habitualmente, unos nombres propios destacaban de manera especial. Resulta inevitable no acordarse del casi sempiterno MVP Bourousis, el siempre dispuesto multiusos Hanga o el caudal ofensivo del imprevisible Adams. Son los hombres señalados con la responsabilidad de cargar sobre sus hombros el liderazgo del grupo y, en la mayoría de las ocasiones, cumplen con acierto con su cometido. Sin embargo, en el estreno de este play off de cuartos de final fueron suplantados por unos actores inesperados. Porque gran parte de la culpa de la cómoda y esperanzadora victoria de anoche sobre el Panathinaikos debe recaer en la segunda unidad de la plantilla. Lejos del brillo de los focos en muchas ocasiones, ayer les tocó reivindicarse en un escenario inmejorable.

En especial, en el caso de Darko Planinic. El pívot serbio, que ha tenido que hacer frente a una campaña bastante ingrata en la que su ración de minutos ha ido menguando llegando incluso a perder su puesto en la ACB, dio ayer un puñetazo sobre la mesa firmando una actuación clave para propiciar el despegue azulgrana en el marcador.

Hasta su entrada a pista, mediado el segundo cuarto, su compatriota Raduljica estaba siendo una auténtica pesadilla para el Baskonia y en cada ataque del conjunto heleno hacía estragos en la zona. Ni Ilimane Diop primero ni tan siquiera Bourousis después habían sido capaces de contener el caudal ofensivo del poste balcánico. Gracias a sus puntos, el Panathinaikos se mantenía en el partido y el marcador conservaba la igualdad. Por mucho que Bourousis trataba de responderle con la misma medicina, lo cierto es que Raduljica era el amo y señor del juego interior hasta entonces. Un escenario que cambió por completo en cuanto Planinic entró en acción.

Pisó el parqué con 29-22 en el marcador y sus primeras acciones ya fueron significativas a más no poder. Así, defendió con acierto a su compatriota -algo que nadie había logrado hasta entonces- provocando que perdiera el balón y, en el ataque posterior, firmó su primera canasta. A partir de ahí, ofreció un auténtico recital de trabajo en la retaguardia para empequeñecer al máximo a un oponente que hasta entonces parecía un gigante y también contribuyó con acierto en la otra parte de la pista. En definitiva, un partido redondo que permitió, además, que una pieza clave del equipo como Bourousis no debiera sobrecargarse de minutos.

Pero Planinic no estuvo solo en ese paso adelante de la segunda unidad. Durante los momentos de ebullición del segundo y el tercer cuarto en los que el Laboral Kutxa dejó visto para sentencia la contienda contó también con la inestimable colaboración de Mike James, que dirigió el juego de manera brillante y eligió siempre la mejor opción.

djordjevic - El técnico del Panathinaikos no puso ningún pero al claro triunfo del Baskonia y comenzó a preparar ya en su comparecencia de ayer el encuentro de mañana. “No hemos tenido respuesta para su despliegue físico, estuvimos muy blandos. Si queremos tener opciones en los siguientes partidos tenemos que salir a jugar con fuego en los ojos y el cuchillo entre los dientes”, dijo. - DNA