Antes de que mañana se lance el balón al aire en el partido que le enfrentará al Real Madrid, el Baskonia ya es matemáticamente conjunto del Top 8 de la Euroliga. Dos jornadas de la segunda fase le han sobrado a la tropa alavesa para incrustarse nuevamente entre la flor y nata continental. Con una victoria más en los dos partidos pendientes del Top 16, existía la opción de dejar sentenciada una clasificación ganada a pulso durante los últimos meses, pero terceros en juego hicieron viable el gran sueño azulgrana un día antes de lo esperado. La aplastante victoria del Khimki de Dusko Ivanovic ante el Olympiacos (98-66) ha hecho posible la gesta de los vitorianos en el bautizado como grupo de la muerte.
Tras varios ejercicios dando tumbos y alejado de la zona noble tanto en la ACB como la Euroliga, el Laboral Kutxa ha retornado por la puerta grande a los cuartos de final de la máxima competición. Lo ha hecho, además, rompiendo los pronósticos que le colocaban junto al Zalgiris y al Bamberg como una de las cenicientas del bautizado como grupo de la muerte. Tras cosechar una única victoria en Kaunas en la tres primeras jornadas, muy pocos auguraban el imparable crecimiento de un conjunto que comenzó a creer en el milagro gracias a su épico triunfo en el Buesa Arena ante el CSKA y, sobre todo, las dos alegrías consecutivas a domicilio ante Barcelona y Real Madrid. Entonces, todo el planeta baloncestístico se cercioró de que el Baskonia estaba de vuelta.
Pese a compartir lote con clubes que le triplican en presupuesto y cuentan con nombres más rutilantes, lo conseguido por el Laboral Kutxa merece un auténtico monumento. El dinero no lo es todo para triunfar en el deporte profesional y de ello puede dar fe esta vez la afición de Vitoria, quien degustó caviar durante años y años con plantillas mucho más poderosas que la actual pero en cambio se siente más identificada con incansables guerreros como los que dispone hoy en día Perasovic, el gran arquitecto de un bloque luchador y fajador que ha recobrado el carácter de antaño.
A base de trabajo colectivo, carácter, raza y una fe ilimitada en sus posibilidades, sin obviar que el fichaje sobre la bocina de Ioannis Bourousis ha colocado al equipo en otra dimensión, el técnico croata y sus discípulos han terminado tuteando y dejando en evidencia a varios favoritos al título. Apreciado que no hay ningún rival inalcanzable en esta Euroliga y que, posiblemente, quedará resuelta en breve la ventaja de campo para el cruce de cuartos de final, todo el mundo ya sueña con la quinta Final Four de la historia. La última vez que hizo acto de presencia el Baskonia en ella data de hace ocho años.
La guinda al pastel puede llegar hoy asegurando la segunda plaza de grupo ante el Real Madrid y, por ende, la ventaja de campo en el cruce previo a la Final a Cuatro de Berlín.