Vitoria - El tono de voz de Velimir Perasovic era ayer el reflejo de un ánimo que estaba por los suelos tras la grave derrota sufrida ante Unicaja en un partido en el que el Laboral Kutxa sacó a relucir una cara desconocida a lo largo del presente curso y que le llevó a bajar los brazos y no competir ante el equipo malagueño. Por eso, el croata comenzó su alocución disculpándose con la afición baskonista: “Hay que pedir perdón a todos los que han venido al pabellón, no tanto por la derrota como por la actitud y la imagen que hemos dado. Ha sido el partido en el que el equipo, con diferencia, ha estado peor en toda la temporada y no encuentro la razón. Nada podía indicarnos que podíamos jugar un partido tan malo”.
El técnico croata ya vio en el segundo cuarto síntomas de hundimiento, pero el mismo se consumó tras el descanso como nunca antes en la presente campaña. “He visto caras que no había visto hasta ahora. Siempre hemos sido un equipo que pelea, que sabe lo que quiere, pero no ha sido así. No encuentro explicación. Se puede perder, pero es el primer partido en el que no hemos competido. Hasta ahora ha sido el único partido así que hemos tenido y espero que sea el único hasta el final de la temporada”, indicó Perasovic.
El preparador baskonista incidió en la mala actitud de su equipo, lo nunca visto desde su llegada en verano. “La actitud ha sido mala por primera vez en la temporada y he visto cabezas bajas en momentos de dificultad. Hemos tenido puntos de desventaja varias veces, pero siempre hemos sabido responder y remontar, pero esta vez nos hemos ido abajo totalmente. Al partido del miércoles, después de perder de 30 en casa, llegamos mal. Es un paso atrás. Perder de esta manera es muy duro. Hay que analizar lo que pasó e intentar que no se repita. Si es posible, hay que sacar provecho aunque siempre digo que es mejor sacar conclusiones positivas de la victoria. Aquí no hay casi nada positivo”, enfatizó el preparador balcánico.
Perasovic, en su papel de entrenador y máximo responsable deportivo del Laboral Kutxa, se puso al frente de los culpables, pero no quiso salvar a nadie tras la debacle: “Es responsabilidad de todos. Ningún jugador se merece ser excluido, pero siempre empiezo por mí porque en ningún momento he tenido respuesta y no tenía claro lo que pasaba. El primer culpable siempre es el entrenador, pero no se salva ningún jugador. Esta derrota no se puede individualizar en un jugador. No se pierde de 35 por uno que juegue mal porque se le cambia y no hay problema”.