madrid - Por segunda semana consecutiva, el Baskonia emprendió el viaje de regreso a casa con un valiosísimo triunfo como visitante en el zurrón. Unos resultados que le colocan en una situación inmejorable pero que ni mucho menos provocan que Velimir Perasovic pierda su habitual mesura. Así, el preparador azulgrana se limitó a destacar que se trataba de una victoria “muy importante” conseguida fundamentalmente gracias a haber tenido “la suficiente cabeza” para sobreponerse al intento de remontada blanco en el último cuarto después de haber disfrutado del “dominio” de la contienda casi desde el salto inicial. A su juicio, no venirse abajo cuando el combinado local se situó a un punto (63-64) después de haber enjugado una desventaja importante resultó “clave”.

En un análisis un poco más amplio de la situación en la que se queda el grupo F después de esta sexta jornada, el croata descartó que el positivo balance baskonista actual deba cambiar su estatus dentro del mismo. “En un grupo con tanto potencial como es este pienso que no podemos ser favoritos. Hemos demostrado que podemos ganar a cualquiera pero también que podemos perder con cualquiera. Está todo muy igualado y cada encuentro es decisivo”, valoró.

Fabien Causeur, por su parte, significó el enorme mérito de haber ganado en un “campo muy difícil” y puso de relieve que el equipo estuvo “muy serio” durante los cuarenta minutos. Además, descartó que pudiera aparecer un exceso de tranquilidad en el grupo porque “el entrenador no nos deja relajarnos”.

La otra cara de la moneda estaba en el vestuario merengue, donde Sergio Llull aseguró que “la labor arbitral ha sido una vergüenza. Que se le trate así al campeón de Europa en casa te desquicia”.