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Vuelta a la alegría. El Baskonia cerró ayer una excelente primera vuelta de Euroliga con un plácido triunfo ante el Cedevita en un duelo que sirvió para recuperar las célebres virtudes de la temporada. El equipo ha rendido muy por encima de las expectativas y está a la espera de saber sus rivales en un ‘Top 16’ donde no quiere poner freno a su ambición. El técnico dosificó esfuerzos y repartió minutos.
vitoria - Se liberó por fin y se quitó un peso de encima el Baskonia en el cierre de la primera fase de la Euroliga. Tres derrotas consecutivas habían abierto una pequeña grieta en una autopista carente de baches significativos hasta la fecha, pero la tropa vitoriana recondujo ayer el rumbo ante un rival blandito para opositar con fuerza a la segunda plaza de su grupo. Un registro meritorio que se hará esta noche realidad al filo de las 23.00 horas si el Anadolu Efes hinca la rodilla en El Pireo ante un prodigio de sobriedad llamado Olympiacos. A expensas del resultado de los turcos en la Paz y la Amistad, quedará definida la hoja de ruta en un Top 16 donde se elevará el listón de la exigencia para un colectivo alavés que ha rendido muy por encima de las expectativas. A simple vista, la previsible derrota de los turcos le colocará en el mejor de los escenarios posibles y un grupo con rivales asequibles como Darussafaka, Cedevita, Panathinaikos y Estrella Roja o Bayern. Si es tercero, en cambio, el camino será mucho más pedregoso ante adversarios temibles como Olympiacos, Khimki, Real Madrid y, previsiblemente, CSKA. Como el día y la noche.
En cuanto al partido de ayer, el Baskonia puso una rúbrica excelente a una ronda inicial ciertamente intachable. Difícil, por no decir imposible, pedir más teniendo en cuenta que el techo parecía ser esa cuarta plaza a la sombra de tres pesos pesados como griegos, turcos y Emporio Armani. Con trabajo, solidaridad y humildad, los alaveses han escalado algún peldaño más de lo esperado en un principio y quieren dar rienda suelta a su ambición en un torneo donde ni mucho menos han dicho su última palabra obteniendo el pasaporte para figurar entre los dieciséis mejores del Viejo Continente.
Necesitaba el Baskonia reencontrarse consigo mismo tras sumergirse en una mala dinámica de juego y resultados en las últimas semanas. No podía demorar más la reconquista de las buenas sensaciones y la visita del Cedevita, un verdugo en la ida con el que tenía cuentas pendientes, le permitió conseguirlo con una solvencia insospechada. Controló de cabo a rabo un partido de guante blanco en el que los croatas llevaron únicamente la delantera en los cuatro minutos iniciales. De ahí a la conclusión, fue un incontestable monólogo azulgrana en el que Causeur y Bourousis dejaron pinceladas de su enorme ascendencia en el grupo cuando no hacen mella en ambos los problemas físicos.
Tanto el galo -autor de 12 puntos en el cuarto inicial merced a su carácter incisivo- como el griego impartieron una cátedra a la hora de suministrar las imprescindibles gotas de cordura que necesita Perasovic. En este Laboral Kutxa huérfano de pausa en varias fases de las veladas ante las alocadas decisiones de sus bases, su óptima lectura del juego resulta impagable. El Cedevita causó una grata sensación en Zagreb, pero ayer apenas firmó algún solitario conato de insurgencia en los albores merced a los chispazos de Pullen. Rápidamente Blazic ejerció como perfecto secante del base estadounidense y el plantel balcánico quedó reducido a la nada. Éxito coral el de un Baskonia que dosificó esfuerzos, se hinchó a anotar tanto en transición como desde la larga distancia -mención especial aquí para Shengelia- y se gustó ante un visitante de mantequilla que enarboló pronto la bandera blanca de la rendición. Con los deberes hechos, el Cedevita se convirtió en una mala fotocopia del conjunto aguerrido que se crece en el Drazen Petrovic para erigirse en un matagigantes. Fue la velada perfecta para que Perasovic tratara de elevar la alicaída autoestima de algunos hombres de su segunda fila, entre ellos Corbacho e Ilimane, a quienes necesitará a medida que avance una temporada agotadora.
Desde el salto inicial, no dejó margen para la duda un Laboral Kutxa empeñado en recuperar sus señas de identidad y con el colmillo afilado para convertir una cita con apariencia de trámite en un atracón. Enérgico, dinámico y hambriento, el cuadro vitoriano se hinchó a anotar canastas fáciles y apenas vivió tramos de ofuscación y relajación. El ansiado broche de oro a una primera fase impecable que abre ahora la puerta a metas más ambiciosas. Cubierto el primer objetivo, la Euroliga puede seguir deparando alegrías si el Olympiacos impone la lógica hoy ante el Efes.
Monólogo azulgrana. El intento de insurgencia del Cedevita apenas duró cuatro minutos en el Buesa. El tiempo que necesitó el Baskonia para ajustar su defensa e hincharse a anotar desde todos los lugares ante un visitante entregado.
Dos termómetros renacidos. La ascendencia de Causeur y Bourousis en el juego azulgrana es cada vez más incuestionable. Ambos recuperaron su mejor versión frente a los balcánicos y de ello se benefició un Laboral Kutxa que repartió minutos entre toda su plantilla.
Un visitante alicaído. Sin obviar el gran papel local, el Cedevita fue una sombra del equipo que ha sorprendido a todos en esta primera fase y batió a los vitorianos en el choque de ida.
Sin rastro de los problemas físicos que le han martirizado en los últimos partidos, se erigió en el brazo ejecutor de una rotunda victoria. Un martillo en ataque y brillante lectura de juego.