Vitoria - Velimir Perasovic fue expulsado el domingo al comienzo del segundo cuarto por decir al árbitro principal de la contienda “véte a la puta mierda”. Así se desprende de las explicaciones dadas personalmente por Emilio Pérez Pizarro al team manager azulgrana Félix Fernández en el descanso del partido que supuso la primera derrota liguera del Baskonia en la Fonteta ante el Valencia Basket. El colegiado castellano-manchego, uno de los mejor valorados por el departamente arbitral de la ACB como se desprende de sus designaciones para los encuentros más importantes de Liga o Copa tras su debut en octubre del 2000 y que también es un asiduo dentro de la Euroliga, tomó la drástica determinación de enviar al técnico croata a los vestuarios por lo que, a su juicio, supuso una descalificación grave hacia su persona.
Siempre según la versión de Pérez Pizarro, que también es conocida ya de primera mano por el director de arbitraje, Paco Monjas, tras el informe arbitral elaborado a la conclusión del choque, no medió por parte de Peras un insulto pero las palabras que presuntamente le dedicó el balcánico sí fueron, a su juicio, lo suficientemente graves como para dejar al Laboral Kutxa sin su cabeza pensante en el banquillo desde los albores del segundo cuarto.
Tras decretarle en primera instancia una técnica, el gesto instintivo de Pérez Pizarro de darse la vuelta y señalarle de forma fulminante la segunda, algo que lógicamente acarreaba la expulsión, hizo pensar a muchos que Perasovic podía haberle dicho algo mucho más grave de lo que finalmente ha podido saberse. El croata protestó de forma airada que un tapón de Shurna sobre Ilimane Diop no fuese sancionado con falta y, a renglón seguido, el senegalés -sin ningún respeto arbitral desde que compite en la élite baloncestística- sí viera penalizado un contacto suyo a la hora de ejecutar el balance defensivo. A raíz de esta acción, acaecida con un momentáneo 22-20 en el marcador y que precedió un tiro libre de Van Rossom y dos triples de Stefansson y del propio base belga, el Baskonia encajaría un parcial de 7-0 que disparó la ventaja taronja y le obligó a hacer un esfuerzo suplementario para la remontada.
Pérez Pizarro, con fama en el mundillo ACB de ser un árbitro dialogante y tranquilo, castigó el calentón de Perasovic con una expulsión implacable que reabre el debate sobre el desquiciante criterio y la desigual vara de medir con que los hombres de naranja sancionan el exceso de verborrea de los entrenadores. Y es que recriminaciones igual de ostensibles, o incluso peores, que la del preparador del Laboral Kutxa se suelen presenciar en infinidad de ocasiones cada fin de semana sin que el castigo sea tan desproporcionado. En esta ocasión, Pérez Pizarro no hizo la vista gorda como a menudo sucede con otros compañeros y amargó el regreso del croata a Valencia, donde había sido recibido calurosamente por su antigua afición al ingresar en pista.
El del domingo era un encuentro subrayado en rojo en el calendario de Peras por motivos obvios, pero finalmente su frustración no pudo terminar siendo mayor al ver cómo era incapacitado para dirigir a sus pupilos hacia la victoria y la dirección técnica quedaba en manos de su asistente Agustí Julbe.
En el acta del encuentro, asimismo, se recoge simplemente que el de Split recibió dos técnicas sin especificar nada más. Desde esta temporada, los colegiados de la ACB ya no argumentan en él los motivos de una decisión puntual que, por ejemplo, conlleve la expulsión a un técnico. Sin embargo, deben elaborar un informe que es remitido al director de arbitraje con vistas a que éste lo analice. Fuentes de la patronal también explicaron ayer a este periódico que Perasovic no recibirá ningún tipo de sanción económica por su descalificante en tierras levantinas. Seguro que a estas horas todavía estará más dolido por la derrota que su expulsión.