vitoria - Han pasado ocho largos años desde que fue invitado a dejar el Baskonia con el pretexto perfecto de una angina de pecho y Velimir Perasovic quería desquitarse de un mal sabor de boca que todavía perduraba. Tanto le ha marcado el club vitoriano que las puertas para volver siempre han permanecido abiertas de par en par a tenor de sus comentarios en la presentación de ayer. Tal y como desveló públicamente, su obra estaba incompleta pese a figurar ya con letras mayúsculas entre los nombres más carismáticos de su historia. Después de que los intentos de reconciliación entre él y Querejeta no fructificaran a lo largo de los últimos años, ambos encaraban este verano con las manos libres para reunirse de nuevo en matrimonio. Es lo que ha ocurrido finalmente tras unas negociaciones meteóricas que cristalizaron a primeros de junio tras la confirmación oficial de que Ibon Navarro no iba a recibir el voto de confianza para continuar al frente del proyecto alavés.
Tan delgado y fino como siempre, con alguna cana de más, muy locuaz, simpático con la prensa y sosegado antes del fragor de la batalla, su físico apenas ha experimentado cambios desde que se le vio en directo por última vez. El croata, para quien Vitoria siempre es “mi casa”, mantiene a sus 50 años la silueta perfecta del tirador infalible en que se convirtió durante su gloriosa etapa como jugador. Viéndole a pocos metros, se diría incluso que -si se lo propusiera- no tardaría demasiado en coger la forma para lucir nuevamente aquella primorosa muñeca con la que forjó éxitos inolvidables, especialmente en la mítica Jugoplastika de comienzos de la década de los 90 que tiranizó el baloncesto continental.
Recién llegado de Lille (Francia), donde no ha podido conducir al éxito a la selección croata en el Europeo después de la hiriente derrota en octavos de final ante la República Checa, y tras el doble compromiso del fin de semana en tierras catalanas saldado con una derrota (Joventut) y una victoria (Andorra), Peras inició ayer oficialmente su tercera etapa en Vitoria. Por delante tiene el mayúsculo reto de reflotar a un Baskonia sin el esplendor de antaño y cuyas estrecheces económicas ya le impiden acceder a los rutilantes nombres que, por ejemplo, manejó en su anterior etapa.
“Hay equipos que nos sobrepasan en presupuesto, pero esto no implica que no podamos competir o estemos por detrás de ellos. Nuestra ambición es estar entre los cuatro primeros. Tenemos claro que no es suficiente con competir, sino que hay que dar un paso más. El tiempo dirá dónde vamos a llegar”, explicó el balcánico, cuyo discurso estuvo plagado de ambición y, al mismo tiempo, bastantes dosis de realismo. Durante su anterior andadura al frente del extinto TAU, con el que conquistó una Copa del Rey y una Supercopa, además de alcanzar una final de ACB y la Final Four de Praga tras el mítico OAKAZO de Atenas, manejó “un Ferrari” con jugadores “de primer nivel como Prigioni, Scola, Splitter, Rakocevic, Planinic...”, pero aquella época de vacas gordas con dinero a borbotones para reclutar a figuras de primer nivel ya ha pasado a la historia y se halla ante otro escenario. “Es una situación diferente, pero yo también soy ahora mejor entrenador. Es un reto bonito en un club ambicioso y en una ciudad que respira baloncesto”, precisó uno de los grandes iconos del baskonismo.
Con menos nombres y dinero, tendrá ahora el cometido de optimizar al máximo unos recursos modestos y limitados. Fue algo que advirtió en más de una ocasión para no llevar a equívocos a los seguidores azulgranas más entusiastas que sueñan con reverdecer viejos éxitos. “El nivel de los jugadores no es como en años anteriores, pero es un grupo que puede progresar y crecer durante la temporada. El equipo es más barato, aunque eso no quiere decir nada. ¿Nuestros puntos débiles? No tendremos calidad suficiente para cuando las cosas vayan mal resolver por nosotros mismos. El talento se compra. Nos faltan jugadores de este perfil, pero sí disponemos de muchos que quieren ser importantes en el futuro”, admitió Perasovic, quien dejó más frases llamativas respecto a las dudas con las que amanece el curso. “Hemos tenido que arriesgar en los fichajes. Aceptamos este reto, pero nos podemos equivocar. Cuando dispones de un millón de euros para salir al mercado, difícilmente puedes fallar. Es complicado saber ahora si hemos acertado”, avisó.
Plantilla sin cerrar Esa orfandad de talento deberá ser suplida con otros intangibles como el sacrificio y el espíritu de lucha, sin obviar la reconquista del carácter que hizo en su día célebre y temible al Baskonia. Peras pretende conseguir un colectivo “con hambre, muchas ganas y energía, que pueda correr y ser agresivo”. Únicamente así podrá quedar compensada la diferencia de calidad con respecto a los grandes transatlánticos de la ACB y la Euroliga. Aunque desde la dirección deportiva se insistió la semana pasada en que la plantilla estaba “cerrada”, el técnico croata abrió ayer la puerta a algún movimiento antes del primer partido oficial previsto el 11 de octubre a domicilio ante el Estudiantes. “La filosofía de club es que la plantilla nunca está cerrada. Esto es algo que históricamente ha dado muchos éxitos. Puede ser que dentro de siete días consideremos que esto que hay no es suficiente y sale un jugador que nos parece importante o, aunque estamos contentos, hay algo que puede mejorar el equipo. Entonces activaremos esa opción”, confirmó sin la menor duda.
Tras abordar los objetivos colectivos, Perasovic también dejó pinceladas de lo que espera a título individual de los flamantes fichajes azulgranas. Respecto a su compatriota Darko Planinic, adelantó que su perfil está lejos del de un pívot dominante bajo los aros. “No esperéis que meta 20 puntos todos los días. Va a ser un jugador de pelea, trabajo y de tirarse al suelo a por el balón. Esperamos que crezca. Ha tenido un estancamiento los dos últimos años porque se marchó muy joven al Maccabi. Allí no progresó como se esperaba”, lamentó Peras. De Jaza Blazic, un internacional esloveno con experiencia al más alto nivel, habló en términos más elogiosos. “Es muy agresivo e intenso, también puede crecer mucho y a la gente de Vitoria le va a gustar seguro. Puede defender jugadores grandes y a los bases porque es su fuerte. Ofensivamente, eso sí, no jugaremos con él en situaciones de poste bajo”, narró. Respecto a Anosike, todavía en un bajo tono físico tras lo visto en los primeros entrenos y amistosos, avisó que es “un fichaje de riesgo” obligado a brindar fuerza y músculo bajo los aros pese a su escaso tamaño.
Los bases, vitales Tras no dar pistas respecto a la fecha del posible regreso de Davis Bertans, recuperándose actualmente en San Antonio (Texas) de su grave lesión de rodilla sin que el Baskonia pierda el más mínimo detalle, Peras valoró positivamente la continuidad en la capital alavesa de los controvertidos Adams y James. Ambos estadounidenses, cortados por el mismo patrón del vértigo y huérfanos de ese estilo cerebral que tanto gusta a los aficionados del Buesa Arena, se hallan predestinados a tener un rol similar al de la pasada temporada cuando, a menudo, hacían la guerra por su cuenta. “Cuando un equipo posee muchas bazas ofensivas, disponer de dos bases tan anotadores no es bueno. Nosotros no tenemos tantas bazas ofensivas y estos dos jugadores deben ser muy importantes. Evidentemente les pediré muchas cosas, pero en nuestro equipo van a ser fundamentales. No fallamos manteniéndoles en nómina. Si tuviéramos jugadores con 30 puntos en sus manos en otras posiciones, a lo mejor no habría sido positiva su permanencia”, recordó.
“Que la gente no espere 20 puntos todos los días. Ha tenido un estancamiento. Será un jugador de pelea, trabajo y tirarse al suelo a por el balón”.
“Hemos tenido que arriesgar con algunos fichajes”, subrayó respecto al ex del Avellino cuando fue cuestinado por su incorporación.
“Es muy agresivo e intenso, también puede crecer aquí y a la gente de Vitoria le va a gustar seguro. Le veremos defendiendo a los bases rivales”.
“No pienso en él, hasta diciembre o enero no sabremos cuándo puede llegar”, aseguró del letón, que se recupera de su grave lesión en San Antonio.
“No tenemos tantas bazas ofensivas y van a ser fundamentales. Si hubiera gente con 30 puntos en otros puestos, no habría sido buena su continuidad”.