Vitoria - No se sabe si ha sido el clásico pecado de juventud o una manera de dejarse querer y aumentar su caché de cara al futuro. Muy pocas veces es habitual que un jugador airee en público la existencia de un puñado de ofertas encima de la mesa, pero es lo que acaba de hacer una de las grandes revelaciones de la pasada ACB. Dani Díez, alero propiedad del Real Madrid que ha permanecido este curso en calidad de cedido en el Gipuzkoa Basket, aseguró ayer en La Opinión de Málaga que el Unicaja, el Baskonia y el Valencia Basket le han trasladado ya una propuesta formal para acogerle entre sus filas a partir de la próxima campaña. Más alto y más claro, desde luego, no pudo expresarse.
El alero madrileño, de 22 años y 2,03 metros, se ha ganado por derecho propio sobre la pista que los grandes de la competición tengan subrayado en rojo su nombre en la agenda. Las puertas del Madrid parecen cerradas, pero no así las de otros equipos que figuran un escalón por debajo. Más teniendo en cuenta que, salvo sorpresa, el club blanco no exigirá una contraprestación por renunciar al derecho de tanteo dada la saturación de exteriores que figuran a las órdenes de Pablo Laso. Su juventud, su progresión y su condición de cupo le colocan en la rampa de lanzamiento hacia un conjunto de miras ambiciosas, siendo el Unicaja en este instante el mejor colocado para llevarse el gato al agua por haberle presentado la propuesta más atractiva en cuanto a dinero y duración de contrato.
Los grandes promedios de Díez -12,6 puntos, 7 rebotes y 15,1 de valoración que han posibilitado su designación como Mejor Joven de la ACB- han despertado el interés del Laboral Kutxa, pero las opciones de que recale en Vitoria son remotas. Además, el exterior ha solicitado tiempo a todos los interesados con el fin de saber la posición en la que saldrá escogido el 25 de junio en el draft de la NBA, donde las mejores previsiones le colocan en segunda ronda. El sueño americano, eso sí, puede esperar y su objetivo reside en enrolarse en un equipo de Euroliga con el fin de terminar de curtirse y ganar experiencia.
En un verano donde el marco de contratación tiene visos de no sufrir modificaciones ante la falta de sintonía entre la patronal y el sindicato de jugadores, el Baskonia es consciente de que necesitará incorporar uno o dos cupos -conocidos ahora como jugadores formados localmente- de ciertas garantías de cara a su próximo proyecto. El adiós de San Emeterio y el incierto futuro de Ilimane Diop, sin obviar tampoco el hecho de que Shengelia está siendo ofrecido a otros clubes en busca de un traspaso oneroso y el ahorro de su ficha, le empujan a ello. De ahí que también haya puesto sus ojos en Alberto Corbacho, que ha puesto fin a su ciclo en el Obradoiro tras brindar un rendimiento satisfactorio durante cinco años.