Vitoria - Desde el punto de vista de la comunicación empresarial, el presidente de Saski Baskonia, Josean Querejeta, se ha generado un problema. Su empeño en querer alejarse de los medios de comunicación no hace sino alejarle de la sociedad, de sus aficionados, lo que en resumen dificulta sobremanera el objetivo de reconquistar a esa masa social tan desencantada en los últimos años con el devenir del equipo. Decisiones como la que asumió ayer no ayudan en absoluto a mejorar su imagen, cada vez más tocada después de los fracasos de los últimos años. Semanas después que Baskonia y Alavés cerraran sus respectivas temporadas, su máximo responsable salió a la palestra para valorar, como es costumbre en cualquier organización empresarial, ambas trayectorias. Sin embargo lo sustancial esta vez no estuvo en el mensaje si no en la forma, ya que Querejeta emuló al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y valoró el curso ya concluido a través de sendos vídeos -de 8:08 minutos el correspondiente a Baskonia y de 5:23 el del Alavés- que colgó en la web oficial, y que generó un malestar evidente entre todos los medios alaveses. Más allá de poder y querer controlar el discurso, los tiempos y el enfoque, algo legítimo, lo que realmente subyace de la propuesta no fue otra cosa sino su posible temor e inseguridad a las preguntas incómodas de los periodistas tras una nueva temporada, sobre todo en el caso de Baskonia, tan decepcionante. Un ejercicio salpicado de episodios (desacertada gestión en los fichajes, objetivos incumplidos, problemas en los pagos a algunos jugadores, como ya deslizó el capitán, Fernando San Emeterio, e incluso problemas de índole más personal como su reciente multa de 6.000 euros por conducir desde hace cinco años sin puntos en el carné), que el presidente se ahorró con su puesta de largo.

La medida asumida por Querejeta, históricamente reacio al foco público, llama incluso la atención después de que el club diera un vuelco hace ya meses a su política comunicativa para romper con el hermetismo, histórico también, que siempre impuso el directivo de Lazkao. En cualquier caso, el perjuicio para su imagen es ya evidente. El propio Rajoy se percató de tal efecto después de comprobar que actitudes como la de parapetarse tras un plasma con el fin de evitar a la prensa minaron su índice de popularidad. Asumió el desgaste y reaccionó, aunque quizá ya era tarde. En este sentido, el mandatario baskonista podría estar valorando la concesión de entrevistas individualizadas en los próximos días para responder a cuantas preguntas fuesen necesarias. En mayor o menor medida, todos los grandes directivos pasan por este trance al menos una vez por temporada. Y si la verdad va por delante y el discurso es sincero, aflora una humanidad en el personaje capaz de levantar encuestas o el ánimo de una afición tocada como la que actualmente tiene Baskonia.

Al margen de este episodio, el presidente valoró algunas cuestiones, ni mucho menos todas, vinculadas al pasado más reciente y también al futuro del Alavés y Baskonia. Reflexiones tan medidas como artificiales, que se resumen a continuación.

“Un año muy difícil” Reconoció el presidente respecto al baloncesto haber atravesado una temporada “muy difícil” y lamentó la “falta de suerte” que a veces hace falta en el deporte, antes de reconocer que la contratación de Marco Crespi “no funcionó” y que la llegada tardía de varios jugadores por sus compromisos internacionales impidió al equipo empezar bien la temporada. “La filosofía del nuevo entrenador nos llevó a traer jugadores americanos porque quería tener un nivel competitivo alto en los entrenamientos. Eso hizo que por las lesiones, tuviéramos que mantener algunos de esos jugadores en la plantilla y no empezamos bien”, insistió.

A partir de ahí, Baskonia “rectificó sobre la marcha”, enderezó “bastante el rumbo” con Ibon Navarro y se quedó a una sola canasta de entrar en el Top 8. “Cuando el equipo empezó a enderezar su camino tuvimos una lesión muy importante que fue la de Davis Bertans, que hizo que compitiéramos menos en partidos importantes, casualmente los dos ante Unicaja tanto para clasificarnos para cuartos de Euroleague como en los play off de ACB donde notamos mucho su falta”, apuntó al respecto.

No hubo mayor queja al respecto del comportamiento en Europa del plantel. Otra cosa bien distinta fue la forma de proceder en la liga doméstica, especialmente fuera del Buesa, donde Querejeta reconoció abiertamente haber sido muy irregulares. En cualquier caso, a pesar de ese lastre y de no haber jugado este año la Copa -no ocurría desde hacía 18 años-, el presidente quiso agarrarse al entorno económico para lanzar un mensaje de realismo a la afición. “Baskonia lleva dos años complicados y difíciles, porque la de hace tres años no fue una mala temporada, y es verdad que tenemos un escenario diferente en el que competir con los equipos de fútbol es prácticamente imposible”, añadió antes de que el Real Madrid y el Barcelona vayan a jugar su cuarta final consecutiva de la Liga Endesa.

Por último, y en relación a la llegada de Perasovic, fue claro. “Ha madurado como entrenador y creo que es un momento ideal para nosotros y para él. Llega para dirigir a un equipo que va a tener dificultades para competir a alto nivel”. Una escuadra donde no van a ser negociables ni el trabajo, ni la capacidad de defender ni la implicación de los jugadores para poder estar lo más arriba posible. “En ese sentido, Perasovic es el entrenador perfecto para nosotros”, concluyó antes de agradecer el papel de Navarro en su etapa como primer técnico. “Ha hecho un buen trabajo en un momento delicado, pero de cara al futuro necesitamos un entrenador con más experiencia. El entiende que quiere seguir un camino diferente, que aspira a ser primer entrenador y ojalá le salga todo bien y en el futuro podamos unir nuestros caminos”.

sabor agridulce en el alavés No tan extensa fue su valoración respecto al Deportivo Alavés, del que a pesar de lograr la permanencia lamentó la actitud con la que encaró las últimas nueve jornadas, donde se podía haber competido por una plaza para disputar el play off de ascenso a Primera División, algo que no ocurrió tras dejarse llevar los hombres de Alberto en los partidos decisivos. “No me ha dejado un buen sabor de boca porque en deporte tienes muchas veces oportunidades que tienes que intentar sacar adelante. No me ha gustado el rendimiento del equipo en los últimos nueve partidos y no tengo plena satisfacción”, despachó el presidente, que valoró después la llegada de José Bordalás como nuevo entrenador. “Nos puede dar ese punto de exigencia y de trabajo que nos hace falta para aspirar a cosas más importantes”. Despidió su alocución Querejeta anunciando una plantilla más competitiva para la próxima temporada y agradeciendo el papel de Alberto López, al que deseó la mayor de las suertes.