La intervención quirúrgica a la que fue sometido el viernes Davis Bertans en San Antonio (Texas) “transcurrió con total éxito y bajo los parámetros previstos”, según confirmó ayer el Baskonia. El alero letón, lesionado el pasado 26 de marzo en aquella velada de infausto recuerdo en Milán ante el Emporio Armani tras un mal apoyo en una penetración durante los albores del encuentro, ha iniciado ya la laboriosa recuperación de la segunda rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que sufre en su carrera. Como la primera vez que recibió este jarro de agua fría vistiendo la elástica del Partizan, se ha puesto en manos de un médico de su absoluta confianza (David Schmidt) para ver reparada la articulación.
En una escueta nota donde obvió el tiempo exacto que precisará para retornar a las canchas, el club vitoriano especificó que “el jugador se recupera de la cirugía y ha iniciado un tratamiento postoperatorio habitual en este tipo de intervenciones”. A Bertans le aguarda una rehabilitación laboriosa que se dilatará bastante en el tiempo. No en vano, el tiempo mínimo estimado para dejar atrás la rotura del cruzado de la rodilla oscila siempre entre los seis y ocho meses. En algunos casos, este periodo incluso puede alargarse hasta los nueve.
El tres azulgrana, de hecho, ya tardó más de lo habitual para superar esta misma lesión durante su anterior etapa en Belgrado. Las previsiones más optimistas apuntan a que el público del Buesa Arena no podrá volver a disfrutar de su excelsa muñeca, como mínimo, hasta primeros del 2016. Al tiempo imprescindible para que la rodilla vuelve a estar en perfecto estado, hay que añadir siempre en estos casos la búsqueda del ritmo y el tono físico ideales. Antes de vestirse de corto para la competición oficial, Bertans necesitará rodarse y recabar las mejores sensaciones posibles a la hora de sentirse nuevamente un baloncestista del máximo nivel.
Lo cierto es que su grave contratiempo ha supuesto un mazazo para el Baskonia en todos los sentidos. Además de perder a un bastión ofensivo de primer orden y un triplista compulsivo que permitía abrir las defensas rivales, Josean Querejeta deberá replantearse la situación contractual de un jugador que hubiese podido dejar una suculenta cantidad de dinero en las arcas del Buesa Arena en caso de hacer realidad su desembarco la NBA. Por juventud, progresión y talento, Bertans era el gran señalado para hacer caja con su traspaso a los Spurs de Antonio, poseedores de sus derechos al otro lado del Atlántico.
El pasado verano firmó un vínculo de tres temporadas de duración hasta junio de 2017 y, en principio, tiene una taquilla asegurada en el proyecto del próximo ejercicio. Las dudas estriban lógicamente en cómo volverá al equipo tras dos funestas lesiones que en condiciones normales amenazan con truncar la carrera de cualquier deportista de elite. De todos modos, Bertans se mantiene como uno de los grandes activos azulgranas. Si la salud le respeta en el futuro, el Baskonia posee la convicción de que terminará explotando y convirtiéndose en una importante fuente de ingresos. La paciencia es la única receta en estos instantes.