Vitoria - Un pívot de 1,95 que militó en el Real Madrid y llegó a Vitoria en 1966 para jugar en el Kas con apenas 18 años fue el primer jugador a sueldo del Baskonia durante la década de los 70. Carlos Luquero López, nacido en Ávila el 3 de mayo de 1947. Y, como todo niño, el primer deporte que practicó fue el fútbol en el patio del colegio Chamberí de Madrid.
Su altura destacaba entre el resto de los chicos y llamó la atención de uno de los entrenadores de la escuela, Antonio Díaz Miguel, que antes de llegar a dirigir a la selección española reclutó a Luquero para el equipo de baloncesto en el que su entrenador, Pepe Auseré, fue clave para la formación de Luquero como uno de los jugadores más prometedores de su generación.
Un club histórico y de gran tradición en el baloncesto de formación madrileño como el Canoe lo fichó para formar parte de su equipo infantil. Allí coincidió con una de las leyendas del baloncesto español como José Luis Sagi-Vela, y ambos lideraron al club ubicado en la calle Pez Volador a conquistar durante dos años el campeonato escolar.
Ya en edad juvenil Luquero firmó por el Real Madrid que contaba con promesas como Paniagua, Cristóbal y Juan Manuel Escorial. Con 16 años llegó incluso a debutar en un partido de Copa con el primer equipo y permaneció dos temporadas en el filial del club blanco, quedando en la última campeón de Segunda División. Tras esta experiencia madridista, Carlos Luquero volvió al Canoe para debutar en la máxima categoría con 17 años.
Un estreno que no pasó desapercibido para el entrenador vitoriano Xabier Añua, que se fijó en él para completar aquel gran Kas que había logrado el ascenso a la Liga Nacional y quería formar una plantilla ambiciosa con la que hacer del equipo de baloncesto un conjunto tan exitoso como lo era la escuadra ciclista bajo el mandato de Dalmacio Langarica.
La plantilla del Kas se reforzó con nombres contrastados como Pepe Laso, Adolfo Beneyto, y otros jóvenes valores como Chus Iradier, Txema González Kapetillo o Moncho Monsalve. Un plantel que se completó con otros nombres como Tacha Lázaro, Ángel Serano, los hermanos Pinedo, Urquiza, Sarria y los americanos Beechum y Webber.
Poco tardaron en llegar los buenos resultados del Kas, que hizo del Frontón Vitoriano un fortín. El equipo se clasificó en cuarta posición en la Liga y disputó la final de la Copa ante el Real Madrid en la edición de 1967 que tuvo como sede la pista ubicada en la calle San Prudencio de Vitoria.
El Kas se midió el 27 de mayo al Joventut de Badalona de Nino Buscató, que se había proclamado campeón de Liga unas semanas antes. El cuadro vitoriano tuvo en Luquero a su mejor jugador con 29 puntos anotados que permitieron a los de Añua superar por 91-81 a la escuadra catalana y clasificarse para la final ante el Real Madrid.
En la final, el equipo alavés plantó cara al Real Madrid. El encuentro, que estuvo igualado en todo momento, se decantó en los últimos cinco minutos coincidiendo con la eliminación por faltas personales del pívot Luquero, que con 12 puntos había sido la referencia interior de los locales. El Madrid, con un inspirado Clifford Luyk que anotó 40 puntos, se llevó la final por un ajustado 85-80. Este subcampeonato permitió al Kas disputar la Recopa de Europa la temporada siguiente.
Cuatro fueron los encuentros europeos del Kas en esta competición. Superó al Coimbra portugués en el doble enfrentamiento en la primera fase sin muchos problemas y ya en octavos de final al AEK de Atenas. El 11 de enero de 1968 el cuadro amarillo superó al equipo griego por 82-72, en una ventaja que parecía más que suficiente para afrontar la vuelta en la capital helena una semana después.
El sueño europeo del Kas se desvaneció en el Panathinaïkó Stádio Kallimármaro ante 30.000 espectadores. El escenario que acogió los Primeros Juegos Olímpicos de 1896 y también la exhibición del jugador del AEK Georgios Amerikanos, que anotó 41 puntos que sirvieron para remontar la eliminatoria y quedarse la victoria en este emblemático escenario por 85-65. El conjunto griego logró semanas después ser el campeón de la segunda competición europea.
Merced a las destacadas actuaciones del Kas como equipo de élite y las del joven Luquero en particular, el jugador fue seleccionado por Antonio Díaz Miguel, recién nombrado por entonces entrenador del combinado nacional para disputar varios torneos oficiales con la selección española.
Luquero jugó 28 encuentros internacionales correspondientes a diferentes citas como el Preeuropeo de 1966, el Mundial que se disputó en Chile ese mismo año además del Eurobasket celebrado en Finlandia y los Juegos del Mediterráneo de 1967. En el equipo nacional llegó a compartir minutos de juego con los Luyk, Emiliano, Buscató, Alfonso Martínez, Sevillano, Enric Margall o Guifré Gol.
Tras un largo verano pleno de competiciones internacionales el Kas dejaba Vitoria para asentarse como club en Bilbao con el objetivo de crecer social y económicamente en una ciudad mayor siendo esta una decisión controvertida que además no logró alcanzar ninguno de los objetivos establecidos por los propietarios de este club.
Luquero, como el resto de compañeros, continuó en la disciplina del conjunto ahora bilbaíno y tras dos campañas decidió dejar el equipo para volver a Vitoria, donde tenía marcada su residencia junto a su mujer.
Corría la temporada 70-71, el Baskonia era dirigido por Pepe Laso tras colgar las botas como jugador y con quien la entidad azulgrana ya había logrado un año antes el ascenso de la Tercera División a la Segunda Nacional.
Luquero, que tuvo ofertas de los conjuntos más importantes de la Primera División como el Círculo Católico de Badalona o el Picadero de Barcelona, fichó por el entonces Club Deportivo Vasconia con la condición de tener un sueldo mensual en una plantilla con un marcado sello amateur formada por jugadores nacidos o asentados en Vitoria-Gasteiz, tales como José Antonio Argote, Juan José Ferrando, Roberto Gil, Víctor Manuel Ibáñez, Fernando Ibarrondo, José Manuel López de Armentia, Carlos Jorge, Alfonso Nájera, José Luis Ortiz De Pinedo, Juan Antonio Ortiz De Pinedo, Amado Ubis y Moisés Viteri.
La contratación del internacional español fue una decidida apuesta que impulsó el presidente José Antonio Santamaria. Se publicarón incluso cantidades cercanas a las 700.000 pesetas (4.200 euros actuales) de la la época por temporada. De este modo, el club vitoriano basó su salto de calidad en este pívot de 1,95 metros de gran capacidad ofensiva, con buena mano en el lanzamiento a media distancia y también con buen juego de pies al poste bajo.
En la primera campaña como baskonista de Luquero, el equipo de Pepe Laso se quedó a las puertas del ascenso al caer ante el Breogán por dos puntos en el último partido de la temporada. Un logro que sí se materializó un año después ante el Mataró.
A partir del curso 1972-73 y durante una década el Baskonia consolidó su humilde proyecto en la élite del baloncesto nacional, en la que su supervivencia dependía de jugadores como el propio Luquero y Juan Pinedo -como referentes nacionales-, a los que se unieron los diferentes americanos o jugadores más jóvenes ya como Josean Querejeta.
El equipo alavés iba asegurando la permanencia, algunas temporadas de manera más holgada que en otras, y además lograba participar en diferentes eliminatorias de la Copa, competición en la que se fueron consiguiendo algunos hitos que le hicieron crecer como club. Así, el Baskonia logró ser semifinalista del torneo del K.O. en 1973 y 1979.
Fue en la primera temporada del Baskonia en la Primera División cuando quedó patente el potencial ofensivo de Lucky Luquero, el terror de los tableros como se le solía conocer entre los aficionados de la época. Fue evidente en actuaciones rutilantes en las que superó la treintena de puntos en varias ocasiones, como fueron los 31 sumados ante Estudiantes en Mendizorroza, los 38 en Badalona ante el Joventut o los 35 ante el Águilas en Copa.
Topes anotadores que hablan del talento y calidad técnica que atesoró. A lo largo de su carrera Luquero promedió cerca de 20 puntos por encuentro. Ejerció como capitán del Baskonia hasta la temporada 79-80 y dada su experiencia internacional y manejo del inglés fue tambien el encargado de integrar a los jugadores americanos que llegaron a Vitoria durante aquellos años 70, especialmente con el primero de todos, el canadiense Phill Tollestrup.
Fueron en total 10 las temporadas en las que Luquero disputó más de 300 partidos y rondó los 7.000 puntos con la camiseta azulgrana. Si bien su salida del equipo no fue por la puerta grande, ni llegó a recibir el homenaje prometido, en la historia de este club, la trayectoria y la importancia que tuvo Carlos Luquero merecen ser recordadas.
Trayectoria. Nacido en Ávila el 3 de mayo de 1947, fue reclutado para el Canoe por el histórico Antonio Díaz Miguel, que lo descubrió en el patio del colegio Chamberí de Madrid. En juveniles pasó por el Real Madrid para regresar al Canoé, de donde dio el salto al mítico Kas. Tras la mudanza del equipo amarillo a Bilbao, donde el pívot permaneció dos temporadas, Luquero regresó a Vitoria para enrolarse en el entonces Vasconia. Allí estuvo diez campañas siendo una de las grandes referencias hasta su salida en el ejercicio 1979-80.
10
Temporadas permaneció Luquero en la disciplina del Baskonia, del que fue la base para su ascenso a la máxima categoría y su posterior crecimiento. En ese tiempo, se hizo con los galones de capitán, disputó más de 300 encuentros y anotó cerca de 7.000 puntos.