vitoria - Cualquiera que haya visto algún encuentro del Baskonia en los últimos meses habrá llegado a la conclusión, sin excesiva dificultad además, de que el conjunto azulgraba es un grupo eléctrico, que cuando de verdad disfruta es exprimiendo al máximo su alto caudal de revoluciones. Con unos bases y un juego extrerior dinámico a más no poder, resulta habitual que al equipo le sobren bastantes segundos en cada uno de sus ataques y las carreras a un lado y otro del campo se suceden sin remedio. Imprime, en definitiva, un ritmo infernal a sus comparecencias esperando extraer un rédito positivo de ello.

Sin embargo, dentro de este estilo aparentemente generalizado, se mantiene un verso suelto. Un jugador muy diferente que trata de encontrar su hueco. En ocasiones, sin demasiado éxito y con la lengua fuera. Ibon Navarro se ha referido a esta circunstancia en varias oportunidades y ayer fue el propio protagonista quien lo reconoció. Y es que cada vez que Mirza Begic ve salir a sus compañeros al sprint desde su propia zona comienza a sudar la gota gorda. Porque cuando el Laboral Kutxa se pone en modo Sputnik, el espigado pívot esloveno únicamente puede dedicarse a deambular de un lado a otro de la pista sin llegar a entrar en contacto siquiera con la pelota y, por lo tanto, aprovechar sus importantes cualidades. “Algunos partidos jugamos diferente. Si los pequeños meten triples se corre más. Yo soy un pívot clásico. Cuando el tiro no va bien también se buscan opciones dentro. Creo que Ibon está trabajando para encontrar las soluciones dentro y fuera”, significó.

Lo que resulta evidente, en cualquier caso, es que las virtudes de Begic no pueden lucir dentro de un partido a la carrera y que el equipo debe ser capaz de encontrar un metrónomo que sea capaz de adecuarse a sus condiciones cuando él esté en pista. De lo contrario, se perderá su aportación y el juego estará limitado a un único perfil, le velocidad máxima y el tiro exterior.

Un objetivo que está tratando de conseguir desde hace ya algún tiempo pero al que todavía no ha logrado conducir al grupo. “Tenemos que entender que no siempre se puede jugar a correr y hacer que Mirza participe en ataque para aprovecharnos de lo que nos puede dar”, ha repetido en varias ocasiones.

Un propósito que, ojalá, pueda conseguirse en el importante duelo de mañana ante el Olympiacos, porque ello supondrá que el Laboral Kutxa aumente sus opciones de salir airoso del trance. “Va a ser un partido muy importante para nosotros para tener una oportunidad de clasificarnos para el Top 8. Sabemos que tienen problemas con la lesión de Spanoulis o Lafayette pero también conocemos que tienen otros jugadores que pueden jugar para ganar el partido. Tenemos que estar todo el encuenro muy concentrados. Jugar nuestra defensa y con un poco de suerte podemos ganar a cualquier equipo aquí”, señaló ayer al respecto Begic.

El esloveno, además, incidió en la gran importancia que puede tener para la suerte definitiva de la contienda la afición azulgrana. “Con el apoyo que tenemos siempre en el Buesa es mucho más fácil jugar. En casa parece que estamos un poco más concentrados porque jugamos 40 minutos bien”.

Respecto a la posible baja de Spanoulis, admitió que “es un hándicap para ellos porque es un líder. Pero hay otros jugadores que pueden sustituirle. Preparamos el partido como si estuviera él”. Por último, admitió que medirse a su equipo del año pasado supone “una motivación por demostrar que puedo jugar en un nivel muy alto. Tuve mala suerte y lesiones y no hice buena temporada allí”.