vitoria - Cada vez que un joven canterano recibe la alternativa del entrenador de turno, la grada del Buesa rompe a aplaudir y siente por momentos nostalgia. Es una imagen tierna y de felicidad que evoca a aquellos dorados tiempos del pasado en los que el Baskonia era una máquina insaciable de forjar talentos. En tiempos de crisis y apreturas económicas donde las estrellas más rutilantes ya no pueden vestir tristemente de azulgrana, no queda otro remedio que innovar, correr riesgos y apostar por la juventud. Es el plan trazado por Josean Querejeta, aunque tampoco es fácil que el embrión en cuestión salga perfecto de la noche a la mañana y responda a la exigencia que implican dos competiciones como la ACB y, sobre todo, la Euroliga.
Hace tiempo que el Laboral Kutxa no consigue que alguna promesa de abajo se convierta en un primer espada. Donde antaño extraía petróleo de mercados desconocidos para la mayoría, de un tiempo a esta parte no han surgido más que jugadores de un valor discutible que, en algunos casos, ya han abandonado la capital alavesa por la puerta de atrás. Si la entidad de Zurbano se diferenciaba hace no mucho del resto era por su pasmosa facilidad para encontrar mirlos blancos a una edad casi adolescente y pulirlos de forma espectacular hasta su posterior aterrizaje en la NBA. Hoy en día, en cambio, florece una sensación de vacío bajo la que emerge una de las poderosas razones de su pérdida de competitividad. Por eso, cuando Ibon Navarro hizo debutar el domingo en el segundo cuarto ante el Joventut a Tadas Sedekerskis, la mecha de la ilusión volvió a prender en unos aficionados ávidos de ver savia fresca en un equipo venido a menos.
El imberbe lituano, de 17 años recién cumplidos en enero, constituye la última esperanza dentro del vivero de adolescentes reclutados por el Baskonia con el objetivo de poder abastecer en un futuro a su primer equipo. Desde que Tiago Splitter emigrase a la NBA en 2010 tras liderar la conquista de la tercera ACB de la historia, la travesía por el desierto está siendo eterna. Sólo Ilimane Diop se ha hecho un hueco, aunque con una presencia testimonial en todos los partidos. El icono brasileño de los Spurs, como Scola, Nocioni o Calderón por citar los ejemplos más llamativos, se hicieron hombres en Vitoria y trabajaron de lo lindo -más allá de su innato talento- para alcanzar la cima y hacer del antiguo TAU un sólido candidato a todos los títulos. La incansable búsqueda llevada a cabo por Alfredo Salazar y Juan Pedro Salazar no ha proporcionado grandes frutos, si bien está por ver la evolución de las numerosas promesas que el Baskonia tiene repartidos en otros lugares en calidad de cedidos o en su propio filial del Fundación 5+11.
Entre que la calidad de los jóvenes ha mermado de manera considerable, su ética de trabajo es cuando menos discutible, se mueven por la codicia, están mal aconsejados -sus agentes reclaman auténticos dinerales sin haber demostrado nada- y la competencia para adquirirlos es feroz, el Baskonia ha perdido ese factor sorpresa que le permitía neutralizar su menor poder adquisitivo en comparación con otros opulentos rivales. En los últimos tiempos, apuestas fallidas como Matías Nocedal, Dejan Musli o Devon Van Oostrum -incapaz de encontrar la estabilidad en algún sitio- ilustran la desazón que invade a la afición azulgrana. Únicamente el tiempo dirá el techo de Juric Macura, Filip Petrusev, Daniel Barbieri, Rinalds Malmanis y compañía.
radiografía Sedekerskis, máximo anotador del último Campeonato de España donde condujo al Fundación 5+11 hacia una meritoria medalla de bronce, es uno sobre los que más esperanzas están depositadas. Actúa en calidad de cedido en el Sáenz Horeca Araberri, con el que promedia 8,8 puntos y 3,5 rebotes. El primer técnico que le ha dirigido esta campaña en la Adecco Plata fue Iurgi Caminos, para quien Tadas se distingue por ser “un anotador nato, con buena mano para anotar desde fuera y con capacidad para finalizar bien. Su esencia como jugador es que posee mucha facilidad para ver el aro”.
Considerado uno de los mejores proyectos europeos en la generación de 1998, Sedekerskis está viviendo su segunda temporada en la capital alavesa. Con apenas 14 años, ya dejó indicios de su calidad en la Tercera División de la liga lituana enrolado en el modesto Neringos, donde acreditó 10,6 puntos y 3,8 rebotes. También fue seleccionado el año pasado para el prestigioso Jordan Brand Classic en Brooklyn y es internacional con las categorías inferiores del país báltico. “Para su edad, el nivel que tiene es alto. El camino que le queda hasta llegar al primer equipo será largo y de mucho trabajo. Es un chaval muy maduro para su edad y eso seguramente le ayudará de cara a afrontar unos años cruciales para su ascensión hacia la elite”, añade Caminos.
Real Madrid y Barcelona también perseguían sus servicios, pero Sedekerskis se decantó por la oferta multianual de un Baskonia donde, entendió, dispondría de una menor competencia a la hora de gozar de cierta continuidad sobre la pista. Como cualquier joven que no ha completado su formación, sus puntos débiles se ubican en “la defensa y el trabajo con bote”, dos facetas en las que deberá progresar para labrarse un nombre en esto del baloncesto. “El sacrificio atrás le podrá permitir dar el salto para competir arriba lo antes posible y en ataque ser capaz de mejorar sus recursos tanto desde el juego con el bote como con el juego sin balón. Cuando lo consiga, será un mejor jugador”, recuerda Caminos quien también pondera su “capacidad de sufrimiento” y su “madurez mental” dentro de una personalidad aún sin formar. “No sé escaquea nunca para trabajar. Tiene claro que vino a España a ser un jugador profesional”, precisa el preparador donostiarra.