vitoria - Doce días sin competir eran una barbaridad y el Baskonia ha decidido tomar cartas en el asunto para, en vísperas de afrontar dos desplazamientos decisivos a Estambul y Bilbao, hacer posible que el equipo dirigido por Ibon Navarro no pierda ese ritmo demoledor que tan buenos dividendos le estaba reportando en los últimos tiempos. El club vitoriano ha programado para este lunes un amistoso ante el Pau Orthez, un clásico de todas las pretemporadas azulgranas que ha aceptado gustamente la invitación cursada desde las oficinas de Zurbano.
El duelo será a puerta cerrada y arrancará a las 18.00 horas de la tarde. Es la única información facilitada al respecto por el Baskonia, que no precisó ni la duración ni sus entresijos. Es decir, si ambos entrenadores tendrán la potestad para detener el juego y hacer correcciones sobre la marcha cuando detecten algún error o decisiones que no sean de su agrado. Lo positivo del caso es que la plantilla podrá rodarse y mantener el tono físico en una semana donde ha carecido de compromisos debido a su ausencia en la Copa del Rey que se inició el jueves en el Gran Canaria Arena.
La idea de programar un partido de estas características es algo que forma parte de la lógica. Y es que, desde su insípida victoria (64-71), en el Nou Congost del pasado domingo día 15 hasta el próximo viernes, momento en que saltará a la cancha del Abdi Ipekçi para dar la réplica al Anadolu Efes en la velada más importante de la presente Euroliga, habrán pasado nada menos que doce días. Un tiempo excesivo para un equipo de altos vuelos que necesita foguearse y mantener un alto nivel de intensidad. Algo que sólo dan los partidos y no los entrenamientos por mucho que la carga de trabajo planificada por Ibon Navarro haya sido importante tras los dos días de fiesta concedidos a los jugadores el lunes y el martes. Esta semana ha sido aprovechada por el cuerpo técnico para mejorar la condición física de algunas piezas renqueantes y realizar entrenamientos personalizados en el caso de otras.
Las únicas opciones para buscar un amistoso eran dos conjuntos de proximidad geográfica como el Gipuzkoa Basket y el Pau Orthez. El club galo, con el que las relaciones son cordiales, no ha puesto ningún impedimento. Será una buena piedra de toque para que los músculos y las piernas azulgranas calienten motores antes de dos desplazamientos de la máxima dificultad.
El cuadro entrenado por Claude Bergeaud marcha decimotercero en su torneo doméstico con un discreto balance de diez victorias y once derrotas. Entre sus filas, figuran varios estadounidenses (Morris Finley, Kevin Dillard, Antywane Robinson, Tyler Cain o Ebi Ere), un internacional serbio (Marko Simonovic) y un brasileño (Felipe Braga). En cuanto a los jugadores locales, sobresale la figura de Jannick Bokolo, que tomó parte con la selección bleu en los Mundiales de Japón (2006) y Turquía (2010).