vitoria - No hay tiempo para lamentaciones ni para darle más vueltas ya a lo que pudo haber sido y finalmente no fue el viernes tras los dos tiros desperdiciados por James y Bertans en los últimos segundos. El Baskonia se trajo ayer de Estambul en el equipaje un nuevo varapalo anímico tras ahogarse en la orilla ante el Fenerbahce, pero debe sobreponerse al cansancio e intentar por todos los medios que las secuelas del doloroso mazazo continental no hagan acto de presencia esta tarde ante una de sus bestias negras de la ACB que le lleva amargando la existencia durante los últimos tiempos.
Y es que aterriza en el Buesa Arena el siempre correoso Gran Canaria, un rival directo en la pelea por el play off y una china en el zapato de los alaveses de un tiempo a esta parte. Fue también el equipo que dejó herido de muerte en la ida a Marco Crespi tras aquella hiriente derrota (93-77) en el Gran Canaria Arena y las posteriores incendiarias declaraciones del técnico italiano culpando del estropicio exclusivamente a la mala actitud mostrada por su plantilla. “Nos han faltado cojones”, deslizó con vehemencia cuando era consciente de que la confianza de Josean Querejeta hacia su labor ya se resquebraja y su puesto de trabajo estaba en serio peligro.
Se trata de un compromiso vital para las aspiraciones azulgranas de colarse por primera vez dentro de la zona noble desde que se desataran las hostilidades allá por octubre del 2014. Si en la Euroliga ya ha hecho sus deberes clasificándose para el Top 16 y sigue peleando hasta la extenuación en pos de los cuartos de final con los clubes más opulentos del Viejo Continente, la realidad a nivel doméstico es bien distinta y de lo más inquietante. El Laboral Kutxa, empeñado sistemáticamente en desperdiciar oportunidades para escalar posiciones, está obligado a dar cuanto antes con la tecla de la remontada y traducir su mejoría en resultados.
Su noveno puesto actual parece circunstancial a tenor de su potencial y del asequible calendario en la segunda vuelta, pero no es cuestión de seguir regalando victorias de cara a la consecución de un buen primer cruce en la futura pelea por el título. Tratándose además de un rival como el insular que le precede en una victoria en la clasificación, las urgencias son máximas antes del salto inicial. Queda el consuelo de que la tropa vitoriana se muestra contundente, eficaz y autoritaria al amparo de su público tras haber encadenado nueve alegrías consecutivas. Después del tropiezo en la segunda jornada ante el Unicaja, todos los visitantes han salido trasquilados del Buesa.
Lo primordial hoy será añadir una nueva muesca al casillero, pero en el horizonte también emerge la posibilidad de atacar el desfavorable basket average con el Gran Canaria. Los 16 puntos de la ida, eso sí, pesan como una auténtica losa y no serán fáciles de remontar ante un conjunto como el canario tan experto, peligroso y disciplinado tácticamente. Con la incógnita de Causeur, aquejado de problemas en su espalda, se espera que varios jugadores a las órdenes de Navarro otorguen un plus.
Bertans, Shengelia y Begic deben despertar del letargo para mejorar el gen competitivo de un Baskonia que aún carece del cuajo necesario para, por ejemplo, resolver de forma airosa finales ajustados o imponer su ley desde un férreo trabajo de contención. Hasta ahora, los alaveses sólo están siendo capaces de engordar su casillero manteniéndose fieles a su eléctrico patrón de juego y propiciando marcadores altos, pero su vulnerabilidad sale a la luz cuando el rival le obliga a jugar en estático, intensifica la presión en media pista sobre sus indomables bases y el partido es de bajas revoluciones.
El Gran Canaria certificó el miércoles su billete para los cuartos de final de la Eurocup, pero en la ACB ha sucumbido sus dos últimos partidos ante el Real Madrid y el Rio Natura. Sus amenazas son latentes, empezando por el oficio y el saber estar de sus dos bases (Bellas y Oliver), la vena triplista de Kuric, el conocido espíritu guerrillero de Báez y los centímetros del gigante Tavares. En cambio, Aíto García Reneses no podrá contar con el lesionado Newley, uno de sus mejores exponentes en un perímetro donde la pasada campaña conformaba una excelente pareja con el ahora azulgrana Ben Hansbrough.