vitoria - Con la Copa del Rey convertida ya en un anhelo insatisfecho dieciocho años después y con las secuelas del mazazo derivado del adiós al torneo predilecto todavía sin cicatrizar, el Baskonia alcanza esta tarde el ecuador de la ACB recibiendo en el Buesa Arena al Rio Natura Monbus. El equipo vitoriano ya ha quedado fuera del cuadro de participantes que acudirán al Gran Canaria Arena de Las Palmas del 19 al 22 de febrero, pero no debe mantenerse demasiado tiempo sumido en la depresión ni seguir maldiciendo un fracaso sin paliativos ante la trascendencia de lo que se avecina a corto plazo. Hoy se pone mucho en juego ante un adversario directo en la pelea por el play off que aún no ha dicho su última palabra en la carrera copera y se halla obligado a sumar el triunfo para apurar sus escasas opciones de competir en la cita insular.
Si el Laboral Kutxa enterró matemáticamente hace una semana sus últimas esperanzas con la cruel derrota encajada en el Barclaycard Center de Madrid, los gallegos buscan una carambola casi imposible. Necesitan ganar en Vitoria y esperar que les sonría la fortuna con una derrota del CAI Zaragoza en Donosti (además de remontar un average de menos seis puntos). Ambas premisas constituyen su único callejón de salida en la jornada que otorgará el último pasaporte tras conocerse ya la identidad de siete clasificados.
Pese a que la Copa ya es un objetivo inviable, el grupo en manos de Ibon Navarro debe imperiosamente ir escalando posiciones y asaltar cuanto antes una de las ocho primeras posiciones, algo que no ha conseguido en ninguna ocasión hasta la fecha. Si ausentarse de la cita del KO casi dos décadas después ha supuesto básicamente un golpe para el prestigio del club, muchas peores consecuencias tendría quedar apartado de la pelea por el título a finales de mayo. Todos coinciden en que el Baskonia dispone de materia prima suficiente para estar más arriba en la tabla, pero hay que demostrarlo con hechos.
En este sentido, ha concedido tanto terreno la formación azulgrana que la reacción debe ser urgente e inmediata para no tentar en exceso a la suerte. El margen de error en la segunda vuelta se ha reducido a la mínima expresión. Toca hacer acopio del mayor número de victorias posibles para, en primera instancia, acceder a cuartos de final y, si es posible, acabar en una buena ubicación que permita evitar en el primer cruce al Real Madrid y Barcelona.
Visto, además, que los partidos a domicilio se asemejan a una tortura desde el inicio de la temporada, amarrar los duelos caseros supone algo más que una obligación. Especialmente si, como sucede hoy, el rival no figura dentro de la nobleza continental y pertenece a la clase media. Si algo positivo ha dejado la primera vuelta es que el Buesa Arena se está convirtiendo en un fortín casi inexpugnable. Únicamente el Unicaja se ha erigido en el único verdugo a nivel doméstico en el marco de la segunda jornada liguera. Claro que todavía deben comparecer en la capital alavesa los dos grandes, el Valencia de Perasovic, el Gran Canaria, el CAI Zaragoza y el Joventut.
dos amenazas Más vale seguir engordando el casillero ante el Rio Natura porque las dos próximas citas del Laboral Kutxa tienen su miga: la llegada del Barcelona y la visita al líder Unicaja. El conjunto de Moncho Fernández, de menos a más en este ejercicio, carece de grandes nombres propios. Se distingue por la fortaleza de su bloque, aunque dispone de buenos exponentes ofensivos como el excelso triplista Alberto Corbacho y el cuatro alemán Maxi Kleber, natural de Würzburg -la misma ciudad donde nació Dirk Nowitzki- y al que algunos entendidos le consideran su alumno aventajado.
Como hecho llamativo, el exterior mallorquín y Davis Bertans -mejores francotiradores de la ACB- protagonizarán un apasionante duelo de pistoleros. El letón, eso sí, buscará ajustar su mirilla telescópica tras los malos porcentajes que está firmando en los últimos encuentros. Otro integrante obligado cuanto antes a entrar en dinámica es Ben Hansbrough, del que se valora su sacrificio defensivo pero que todavía no ha dado señales de vida a la hora de elevar la munición exterior. De momento, este Baskonia va sobrado de pegada y debe atar otros cabos sueltos relacionados con su falta de continuidad e intermitencia.
Tras solventar el primer match ball en el Top 16 ante el Nizhny, las premisas están claras para evitar el sobresalto. Un elevado ritmo de juego, el máximo rigor defensivo y las consiguientes fugaces transiciones con el fin de repetir el apabullante guión de las últimas visitas del Baloncesto Sevilla y Estudiantes. Hispalenses y colegiales acabaron con el rostro desfigurado ante la electricidad de un Laboral Kutxa que trata a marchas forzadas de ganar tiempo. Reajustar roles y ensamblar paulatinamente a un colectivo muy renovado llevará su tiempo.