vitoria - Es el más veterano del vestuario, porta el brazalete de capitán y a lo largo de sus siete temporadas en la disciplina del Baskonia ha vivido situaciones de todo tipo y condición, pasando por el cielo y el infierno en más de una ocasión. Sin embargo, recién estrenado 2015, Fernando San Emeterio espera noticias. El exterior cántabro acaba su vinculación con el Laboral Kutxa el próximo 30 de junio y, por el momento, no ha recibido llamada alguna desde la entidad de Zurbano. Así lo reconoció el propio jugador en una entrevista concedida a la Cadena Cope. “Veremos qué pasa con mi futuro, ahora mismo aún no tengo nada encima de la mesa”, destacó.
Por su parte, significó que se encuetra “encantado” en la ciudad y en el club pero lo cierto es que en el deporte profesional esto casi nunca es sinónimo de acuerdo. Y en este caso se vislumbra un punto de fuerte desencuentro en el horizonte, el económico. San Emeterio dispone en estos momentos del contrato más elevado de toda la plantilla -lo firmó después de proporcionar al Baskonia la tercera Liga de su historia con su inolvidable 2+1 ante el Barcelona- y esas cifras son inasumibles actualmente por el club azulgrana.
De hecho, durante los últimos años, la directiva de Josean Querejeta ha intentado presionarle para que aceptase una rebaja de sus emolumentos, algo a lo que él en todo momento se ha negado. Como consecuencia, el Baskonia arrastra importantísimas deudas con el jugador, que hace mucho tiempo que no está al día en el cobro. Ese será, por lo tanto, uno de los motivos de fricción en una posible negociación para prolongar la estancia del cántabro en Vitoria.
Lo que resulta evidente, en cualquier caso, es que si recibe una oferta por parte del Baskonia la ficha va a estar muy lejos de la que actualmente percibe. A partir de ahí, el posible interés de otros conjuntos -el hecho de que San Emeterio sea cupo y continúa en condiciones de proporcionar minutos de calidad juega evidentemente a su favor- y sus deseos personales terminarán de inclinar la balanza hacia un lado u otro.
Al margen de su futuro, el azulgrana también se refirió a otros asuntos y reconoció que, ante el Real Madrid, firmaron “un minuto y medio final para olvidar”. No obstante, trató de trasladar un mensaje de esperanza. “Ibon nos está transmitiendo tranquilidad, ganas de trabajar e implicación en lo que se hace y somos más equipo de lo que éramos antes pero tenemos que empezar a ganar ya”, apuntó.