vitoria - La voracidad, ritmo y nivel económico en el baloncesto europeo dan lugar muchas veces a situaciones y partidos que a primera vista resultan imposibles de comparar. Baskonia conoce esta realidad desde hace tiempo por cuanto es un conjunto armado con una cara ACB y otra continental que le engloba en el Top 16, esto es, el grupo de élite en estos momentos en el basket europeo. El pasado domingo, con la festividad de Reyes a la vuelta de la esquina, la escuadra de Ibon Navarro endosó una paliza de escándalo a un infantil Estudiantes que apenas dejó una muesca de agresividad sobre el parqué del Buesa Arena. Los hombrecillos aquel día de Txus Vidorreta solo aguantaron 14 minutos el arreón baskonista y emprendieron después el rumbo a Madrid. Al tiempo, Laboral Kutxa se dio un festín que esa velada rozó los 100 puntos, justo los mismos que unos días antes había endosado también en Zurbano al Baloncesto Sevilla, otro novato que ofreció una imagen impropia de un equipo ACB.

Sevillanos y colegiales fueron los esparrin con los que Baskonia firmó unas cifras de vértigo a pesar de seguir en permanente construcción. Un estado de intermitencia que en Euroliga, sin embargo, no alcanza para brillar con la fuerza necesaria para medirse a un gigante como el CSKA de Moscú, al que la escuadra alavesa se medirá mañana jueves en la capital rusa (ETB-1, 18.00 horas). Será el segundo partido del Top 16 -el primero se saldó en el Buesa con una derrota ante el Efes turco de Thomas Heurtel-, una buena oportunidad para romper esa penosa racha de solo un triunfo en los 12 desplazamientos disputados hasta la fecha lejos de Vitoria tanto en Liga (siete partidos) como en Euroliga (cinco encuentros). Y será también una buena oportunidad para encontrar el equilibrio defensivo anhelado por Ibon Navarro para evitar las dos caras de un disco que, en el caso de la liga doméstica, es altamente probable que vaya a dejar al equipo fuera de la Copa por primera vez desde 1997. Un fracaso histórico amparado precisamente en esa inconsistencia defensiva entre los partidos de casa y los de fuera. “Queremos estar en un punto intermedio más cerca de nuestro nivel en casa que fuera, está claro”, aseguró ayer el técnico vitoriano antes de partir a en autobús a Madrid. “El equipo tiene que ir cogiendo algunos automatismos defensivos que fuera nos cuesta más y tenemos que intentar ir hacia un rigor defensivo mayor para no depender tanto de la energía, la confianza y de sentirnos bien porque anotamos”, añadió Navarro.

cska, talento a raudales Con estas premisas bajo el brazo aterrizó esta madrugada la expedición baskonista en Moscú. Un viaje largo pero directo esta vez, sin incómodas escalas, que le enfrentará a uno de los grandes de Europa que este año no ha perdido ningún partido en competición europea. Una potente escuadra a la que Navarro no escamoteó ningún elogio. “Aparte de su talento físico, con un tamaño impresionante en todas sus posiciones, el CSKA tiene un enorme talento técnico. Es un equipo grandísimo, bien entrenado que juega un baloncesto al servicio del talento de los jugadores y que atrás es un equipo que concede muy pocas cosas”, advirtió antes de comparar su nivel con el del Real Madrid, su próximo rival en liga ACB. “A cualquiera le gusta jugar contra los mejores y ahora mismo no hay muchas más equipos mejores que éstos y tenemos la suerte de competir contra ellos. El equipo sólo tiene que intentar hacer las cosas como sabe hacerlas y comprobar si puede hacerlas contra los mejores”, concluyó.