vitoria - Se encuentra cerca de cumplir su primer mes al frente del Baskonia tras la fulminante destitución de Marco Crespi a mediados de noviembre y la vida le ha cambiado de forma radical a Ibon Navarro. Recluido en un despacho del Buesa Arena, casi su primera casa debido al ajetreo que implica ser el primer entrenador de un club de élite, el vitoriano ha dejado de ser esa persona hasta cierto punto anónima para concentrar casi todos los focos. Tras una larga carrera como la mano derecha de grandes figuras, le ha llegado el gran desafío de su carrera. Con el respaldo incondicional de la grada, tiene la difícil misión de reflotar a un equipo que, bajo su mandato, totaliza 4 victorias (Gipuzkoa, Iberostar, Olympiacos y Galatasaray) y 3 derrotas (Neptunas, Joventut y Valencia).

La última de ellas en la Fonteta ha supuesto precisamente un jarro de agua fría tras los atisbos de crecimiento atisbados en las últimas semanas. Sin embargo, ello no ha minado su moral ni le ha hecho perder la fe por una plantilla que, tal y como reveló ayer en Radio Vitoria, continúa expuesta a sufrir variaciones en función del futuro que corra a corto plazo en la Euroliga. “Si se juega el Top 16, las cosas son de una forma. Y, si no se juega, serán de otra. Entonces, vamos a centrarnos sólo en el partido de este viernes ante el Valencia porque las decisiones se tomarán a partir de ahí de una forma mucho más lógica sabiendo el escenario en el que estamos. Espero que el Olentzero se porte bien si nos clasificamos. Echaré la carta”, reconoció el preparador azulgrana.

Una de sus grandes prioridades reside en la renovación del temporero Mirza Begic, un poste que ha ayudado a equilibrar el juego por su capacidad para actuar de espaldas al aro. “Ojalá se quede. Nos ayuda porque nos da algo que no teníamos. Aquí no se juega ni se entrena al ritmo de Eslovenia. Entonces su rendimiento físico y deportivo puede bajar. Hay que tener paciencia con él como con Vujacic porque seguramente volverán a subir pronto”, recalcó sobre el balcánico, cuyas prestaciones están siendo infinitamente superiores a las del todavía lesionado Hamilton.

Pero si algo que alimenta cualquier tertulia baloncestística en la actualidad es el previsible adiós de Thomas Heurtel. El galo, reticente desde hace tiempo a renovar su contrato con el Baskonia y nuevo cliente del gran tiburón de los agentes Misko Raznatovic, se halla en el punto de mira del Anadolu Efes de cara al tramo decisivo de la Euroliga. Con los ingresos derivados de su traspaso, una operación de dudosa rentabilidad a nivel deportivo, Josean Querejeta podrá acometer otros movimientos imprescindibles para terminar de redondear un plantel sujeto a constantes vaivenes.

“Es un tema de club y del equipo que pueda estar interesado en él. Aunque vengan, tienen que entenderse con el Baskonia. No es una cosa sencilla. Parece claro, pero para irse alguien debe venir y negociar con nosotros. La última palabra corresponde al presidente. A Thomas le veo tranquilo, supongo que tendrá sus cosas en la cabeza, tiene un agente con el que hablará y le explicará cuál es la situación, pero lo que me preocupa es lo que me afecta a mí y lo que puedo controlar: cómo está en los entrenamientos y los partidos. Si no le veo bien, sabe que se lo digo”, explicó Navarro respecto al internacional bleu,

En caso de incrustar su figura entre la flor y nata continental, el vitoriano desea lógicamente contar con el grupo más competitivo posible y no pone límites a su ambición. A la espera de que el club ejerza la cláusula de corte de Doron Perkins, fijada para este domingo a la conclusión del duelo doméstico ante el Fuenlabrada, uno de los llamados a ocupar su vacío es Mike James. El director de juego, avalado por su etiqueta de máximo anotador de la liga griega y que todavía no ha debutado, recibió un dardo por parte del técnico. “Espero que nos dé nivel físico. Debe mejorar en defensa, hasta ahora ha estado en equipos de nivel medio-bajo y no le ha hecho falta defender para jugar muchos minutos. Quiero que sea un jugador capaz de realizar una buena selección de tiro, no lanzar tantos como hasta ahora sabiendo que era el principal arma ofensiva”, avisó Navarro.

el “revés” en valencia Tras el doloroso 85-70 con que se saldó la última visita a la capital del Turia, el Baskonia clama esta semana por la venganza ante los taronjas en un partido crucial para rematar el billete hacia el Top 16. En este sentido, el Baskonia se ha juramentado para esgrimir otra cara más aguerrida. “Hay dos opciones: un equipo que salga enrabietado porque te acaban de pintar la cara o un equipo que salga acomplejado y el rival crecido porque te ha metido una buena tunda. Espero que se vea la primera versión”, apuntó Navarro, que deslizó el cansancio como una de las claves del “importante revés” sufrido ante los pupilos de Perasovic que dificulta todavía más el pasaporte copero.

Tras un análisis más pormenorizado de lo sucedido en la Fuente de San Luis, atribuyó a las piernas pesadas la debacle de un segundo cuarto saldado con un parcial en contra de 30-10. “Entiendo a la gente que ahora piense que lo anterior ha sido un espejismo o volvemos a estar igual de mal. Al equipo hay que verle trabajar en el día a día para entender qué es lo que pasa. Si vengo a decir aquí que el equipo estaba cansado, suena a excusa. Y no nos gustan las excusas. Hay que ser un equipo diferente para que eso no te afecte”, precisó antes de ponderar la trascendencia de un pulso casi a vida o muerte. “Si no ganamos el viernes, el escenario será peligroso. Cuando perdimos contra el Neptunas, nadie daba mucho por nosotros viendo nuestro calendario. Cualquiera se cambiaría ahora por nosotros”, subrayó convencido Navarro.