vitoria - Hace ya 25 años que a Josean Querejeta no le gustan los focos. Tampoco las ruedas de prensa y mucho menos las entrevistas personales. Pueden contarse con los dedos de una mano las veces que el presidente del Baskonia conecta al cabo del año con sus aficionados a través de los medios de comunicación no oficiales, y puede que incluso sobraría alguna falange. Querejeta, el hombre que ha llevado a un club de provincias hasta la elite del baloncesto europeo, prefiere las bambalinas y el trabajo en la sombra que las exposiciones públicas, donde se muestra visiblemente incómodo. Salvo que sea estrictamente necesario, obligatorio o, sencillamente le convenga, sus apariciones resultan tan esporádicas como expectantes, sobre todo por la naturaleza de los mensajes que suele lanzar, siempre con una carga importante de profundidad. Cuando Querejeta habla, quizá, hasta suba el pan. Y si quien lo hace es algún portavoz, que nadie olvide que el discurso habrá sido consensuado con el presidente.

Algo así ocurrió ayer en la sala de prensa del Buesa, donde el director deportivo, Félix Fernández, presentó a Renfroe, el último fichaje del equipo. Luego del protocolo típico en este tipo de comparecencias, llegó lo sustancial de la mañana con el turno de preguntas. Y ahí fue donde caló el mensaje que previamente Fernández y el club habían pactado si surgía el nombre, y sobre todo el futuro, de Sergio Scariolo. No hubo lugar a la duda y el guión oficial se cumplió a rajatabla, a pesar de que la continuidad del técnico esté en el aire después de una nefasta temporada donde, sin ir más lejos, a falta de dos jornadas para el final de Liga el billete para los play off aún no está asegurado. "El club tiene total confianza en la figura del técnico", sentenció a las primeras de cambio el portavoz, que abundó después: "No existe ninguna merma de confianza del Baskonia hacia su figura y su trabajo durante esta temporada".

Lejos de lo que podría pensarse, la contundencia del mensaje resultaría tranquilizadora para el propio italiano si no fuera porque los precedentes en la órbita del Baskonia indican justamente lo contrario. Y es que históricamente han sido habituales meritorios respaldos públicos a una labor que poco tiempo después se tornan en cese. Tabak, sin ir más lejos, es uno de los casos más recientes, igual que el de Natxo González, esta vez en el Alavés, que después de ser respaldado públicamente en la zona mixta de Mendizorroza por Querejeta tras un mal resultado, apenas duró un par de semanas en el cargo.

Los pitos de la afición Así pues, en vista de la irregular temporada que está completando Scariolo, que ha sido pitado ya en varias ocasiones por parte del público, no sería descabellado pensar que a la conclusión de la temporada tuviera que cambiar de aires a pesar de restarle un año de contrato. Un asunto que el presidente seguramente tendrá ya contemplado a estas alturas. "Tenemos una afición inteligente y no vamos a valorar ni los aplausos ni los pitidos mientras estemos aún en competición", contestó Fernández en relación a este episodio, que entre otras cosas ha provocado que el nombre de Scariolo desaparezca cuando el equipo es presentado en el Buesa.

Al menos sí reconoció el portavoz la "atípica" situación de una plantilla que en la fase regular ha sumado 16 triunfos y 15 derrotas en 32 jornadas. Unos guarismos y una actitud muchas veces lamantables para un club acostumbrado a competir siempre, y que este año ha transitado por un peligroso desierto que probablemente se lleve en breve por delante al italiano Poeta, el recambio que Scariolo pidió para suplir al indolente Hodge, ahora cedido en Puerto Rico. "Poeta sigue siendo jugador del club. Se tomará una decision cuando arranque el play off", zanjó el club.