vitoria - La época dorada de los Lakers con Phil Jackson en el banquillo entre 2009 y 2010 no se entiende sin la presencia de Lamar Odom pese a que todos los flashes recaían sobre Pau Gasol y, especialmente, Kobe Bryant. El neoyorquino, ganador de dos anillos, nombrado el mejor sexto jugador de la NBA en 2011, con más de 1.000 partidos a sus espaldas y que ha ganado la friolera de 116 millones de dólares durante sus catorce campañas en Estados Unidos, es un ángel caído de la competición estadounidense, donde su cotización se encontraba por los suelos y últimamente era objeto de todo tipo de burlas por su pésima situación anímica y su evidente sobrepeso.
Apodado El Pulpo por esos interminables brazos y uno de los contados baloncestistas capacitados para actuar en las cinco posiciones de la pista, vivirá ahora su primera experiencia en el Viejo Continente. En Vitoria, Odom tratará de relanzar una carrera que describe una inquietante línea descendente tras tocar el cielo con la franquicia angelina. Fracasó en sus dos últimos equipos (Mavericks y Clippers) y en los dos últimos años ha sido más portada en los medios por sus perniciosas adicciones y su sonado divorcio con la celebrity Khloe Kardashian, que alegó diferencias irreconciliables para separarse de él. A raíz de ello, perdió la concentración, su imagen quedó deterioridada y el baloncesto de elevados quilates que exhibió en el Staples Center pasó a la historia.
La vida de Odom está ligada a las desgracias. Cuando tenía 12 años, perdió a su madre debido a un cáncer de colon, sufrió la adicción a la cocaína de su padre y la posterior muerte de su abuela, con la que se había trasladado a vivir. En 2006, falleció el hijo de su primer matrimonio, Jayden, de solo seis meses de muerte súbita. Fue el número 4 del draft de la NBA en 1999, algo que explica su enorme categoría como jugador. Los primeros rumores sobre su adicción a las drogas, que surgieron en los meses previos a esta elección, dañaron su perfil. En sus inicios, engullía todo tipo de golosinas, regalices y barras de chocolate con cereales. Durante años, esos fueron los únicos vicios confesables hasta que en noviembre de 2001 empezó a consumir sustancias. En agosto del año pasado, tocó fondo al verse tentado por el crack -una peligrosa mezcla de cocaína con bicarbonato sódico que presuntamente fumaba-, permanecer 72 horas en paradero desconocido y ser acusado de conducir un Mercedes en estado de embriaguez. Su último partido data de mayo de 2013. Los Clippers declinaron renovarle ante el declive de su carrera. - O. San Martín