Vitoria. Es el referente espiritual y el corazón de un equipo al que inocula su garra y casta en cada partido. Y, por ello, produce vértigo pensar a corto plazo en un Baskonia sin su majestuosa figura mordiendo al rival de turno, apretando a los árbitros y, en definitiva, imponiendo respeto allá por donde pasa. Andrés Nocioni ya no es un niño, va notando el paso de los años pese a que todavía conserva la ilusión de un recién iniciado en la materia y, por si ello fuera poco, en el horizonte posee entre ceja y ceja el Mundial de España en lo que constituirá el último desafío de la mejor generación argentina de toda la historia. De ahí que a estas alturas no quiera arrojar luz respecto a su continuidad en la capital alavesa más allá del 30 de junio cuando finalice su contrato con la entidad del Buesa Arena.
Ni el propio santafesino, ya con el cuerpo muy magullado tras haber cumplido las 34 primaveras, sabe a estas alturas lo que le deparará la próxima campaña como se encargó de recordar ayer al término de la sesión matinal. "No creo que ni tenga que estar tan arriba ni tan abajo. Hay momentos de la temporada en los que juegas mejor y otros peor. Seguramente dentro de dos meses dirán que el Chapu está viejo y no tiene que renovar. Estoy enfocado en ganar partidos y jugar lo mejor posible, el año que viene veré lo que hago. No tengo ningún pensamiento a largo plazo dada la edad y la trayectoria. Si fuese joven y tuviera 22 años, por ahí tendría alguna proyección o idea de hacer algo, pero ahora mismo no", explicó.
Tras una maratoniana carrera deportiva que lógicamente ha minado sus fuerzas, el internacional albiceleste quiere meditar a fondo una decisión crucial. El frenético ritmo de dos partidos a la semana, algo inherente a su militancia en un club de altos vuelos como el Baskonia, resulta cada vez más difícil de soportar tanto para sus piernas como su mente. Entonces, la posibilidad de que dentro de unos meses pueda poner fin a su brillante etapa en Vitoria para jugar en Argentina o, en su defecto, enrolarse en un conjunto menos exigente que el vitoriano ronda seriamente por su cabeza.
Alguno de sus compatriotas con los que despuntó a nivel de selección ha decidido vivir un retiro dorado en la liga de su país natal y tampoco es descabellado que un tipo con los bolsillos llenos de dinero como el Chapu siga el mismo camino. "Han desaparecido todos los equipos en los que yo jugué (risas), así que no creo que vuelva a ninguno. Han pasado a mejor vida, entonces veré lo que pasa. No tengo ninguna proyección. Sé que se está especulando con que si puedo volver a Argentina, también se dice que puedo renovar acá o volver a la NBA. Los rumores son cosas que están ahí y tampoco me vuelven loco. Mi primera opción es ver qué hago con mi país en el Mundial de España, después ya veré", ahondó respecto a su enigmático futuro.
Buen estado físico Nocioni conforma junto a Heurtel y Pleiss la columna vertebral del Laboral Kutxa, cuyo entrenador se muestra preocupado por la acumulación de minutos de la pieza más veterana del equipo. Scariolo pretende mimar a un jugador imprescindible que, sin embargo, carece de un recambio sólido debido a la escasa pujanza de Mainoldi. El argentino, en cualquier caso, se siente fuerte pese a que la recuperación de sus esfuerzos no resulta tan fácil como antaño.
"El otro día contra el CAI no jugué mucho, apenas 22 minutos. Terminé el partido bien físicamente. Los minutos se notan cada vez un poco más, obviamente la edad y el físico pasan un poco de factura, pero estoy acostumbrado a este ritmo. Tampoco me preocupa la situación física, sí más la situación del equipo y poder ganar en Fuenlabrada. Jugando bonito u horrible, la única realidad es que hay que ganar allí", recalcó Nocioni, reciclado este curso como falso cuatro por el técnico italiano.
Desde su nueva ubicación sobre la pista, el Chapu está marcando las diferencias no sólo con su certera puntería desde más allá de 6,75 metros, sino también con sus arrebatadoras entradas de fuera hacia dentro que carecen de antídoto por parte de los rivales. "El que haya seguido mi trayectoria en la NBA, sabe que me gané mi contrato jugando como cuatro. No tengo ningún problema en actuar de tres o más dentro. Hago lo que me gusta. En algún momento cuando era joven quería jugar de alero porque sabía que podía marcar la diferencia con mi físico y estatura debajo del tablero llevando a gente más liviana que yo a la pintura. Pero con la edad me preocupa jugar, hacer las cosas bien y tratar de ganar. No tengo debates en mi cabeza, soy un jugador que quiere rendir y ya está", confesó.
Lejos de ponerse las medallas por su estelar papel en las últimas victorias domésticas que han dejado a tiro de piedra el billete para la Copa, Nocioni alabó el papel de dos de sus compañeros. "El equipo está jugando bien y haciendo lo que tiene que hacer: ganar los partidos. La deuda está en la Euroliga. Hay jugadores que atraviesan un gran momento de forma como Heurtel y Pleiss. Es más importante que ellos rayen a un alto nivel que yo. Me parece que son los pilares del Baskonia. Históricamente, el base y el pívot son los elementos que hacen ganar a un equipo", recordó con sinceridad.