La lluvia no es uno de los fenómenos meteorológicos que más abundan en Málaga, que por algo es conocida como la capital de la Costa del Sol, y por eso cuando se produce una tormenta como la que ayer arrasó el Martín Carpena durante la segunda parte los paraguas, en este caso el defensivo, no son capaces de resistir semejante chaparrón. Puntos y más puntos, sobre todo en forma de lanzamientos triples, perforaron la carcasa de un Unicaja incapaz de contener el torrente anotador del Laboral Kutxa que destrozó el partido con dos últimos cuartos de un acierto sobrecogedor. Treinta puntos en cada uno de los dos períodos para un total de 60 -en la primera parte se anotaron 43, con 13 y 20 por cuarto-, procedentes mayoritariamente de los catorce aciertos desde la línea de 6,75 metros conseguidos en esos veinte minutos magistrales.
Tras una primera parte muy igualada, nada hacía prever el bombardeo al que los francotiradores baskonistas, con la mirilla perfectamente ajustada, sometieron al Unicaja en un tercer cuarto simplemente soberbio. Causeur en el primer período y Hodge y Nocioni en el segundo habían firmado los tres únicos aciertos desde la larga distancia. Una cifra para nada destacable, aunque tampoco se abusó de este tipo de tiros.
El cambio en el arranque de la segunda parte fue radical, ya que el Laboral Kutxa dio continuidad a un cada vez más ajustado trabajo defensivo con un acierto descomunal desde el perímetro (el porcentaje final fue del 63% con 15/24, pero en la segunda parte fueron 12/15). Hasta los 30 puntos se fue el casillero vitoriano en el tercer período y 21 de ellos llegaron con los siete triples que el equipo anotó en esos diez minutos mágicos con los que enjugó la desventaja de dos puntos con las que se fue a los vestuarios y fue capaz de tomar una valiosa renta que ya gestionaría hasta el final.
Dos primeros aciertos de San Emeterio vinieron acompañados de nuevos triples de Nocioni, Causeur y Heurtel antes de que Mainoldi cerrase ese cuarto con otros dos anotaciones consecutivas para alcanzar esa cifra de siete triples de ocho intentos en apenas 600 segundos y rubricar un parcial 21-30 que a la postre acabaría siendo decisivo, sobre todo teniendo en cuenta que el acierto desde la larga distancia no mermaría ni un ápice en el período final.
Y es que, para asegurar el triunfo en el arranque del Top 16 hubo de acertar el Baskonia con unos cuantos triples más, varios de ellos en situaciones comprometidas cuando el Unicaja había conseguido comprimir el marcador. Hodge abría el cuarto final con un nuevo acierto de tres, que tendría continuidad desde las manos de Nocioni y San Emeterio antes de que de nuevo el argentino y finalmente Hamilton consiguieran anotar en dos ataques decisivos que remataron el triunfo con un nuevo cuarto en el que el equipo de Sergio Scariolo alcanzó los 30 puntos, gracias, sobre todo, a un acierto excepcional de unos francotiradores excepcionales que firmaron una docena de triples en los momentos decisivos