Vitoria. Una competición tan exigente como la Euroliga, y más todavía cuando se adentra ya en su segunda fase, no entiende de relajación ni encuentros tranquilos y por ello exige ofrecer el máximo de intensidad en todo momento. Da igual que el estreno se produzca en pleno periodo navideño y con la resaca de la Nochevieja todavía en el cuerpo. Para poder aspirar a lograr el pasaporte para los cuartos de final no se puede dejar escapar ninguna oportunidad y el duelo de esta tarde en el Martín Carpena malagueño es una excelente ocasión para iniciar ese camino con una victoria para la esperanza.

En un grupo con tanto gallo como en el que han quedado encuadrados azulgranas y andaluces, ambos saben que probablemente están condenados a pelearse entre sí por las últimas plazas que dan el premio de seguir vivo en el torneo y por ello los emparejamientos directos adquieren especial relevancia.

Aunque el Unicaja contará con la ventaja de ejercer como local, el combinado de Sergio Scariolo ya ha dado sobradas muestras en el presente curso -especialmente a nivel continental- de su capacidad para sobreponerse a ambientes hostiles y lograr triunfos de enorme importancia lejos del calor del Fernando Buesa Arena.

Un ejemplo que el Baskonia tratará de repetir esta tarde pese a que no atraviesa precisamente por su mejor fase de juego y resultados de la temporada. Desde que logró el pase a este Top 16 que arranca hoy inició un peligroso declive que le llevó a encadenar incluso cuatro derrotas consecutivas y poner en serio peligro su presencia en la Copa del Rey. El último encuentro de 2013, frente al Obradoiro en Santiago de Compostela, supuso su sufrido reencuentro con las victorias y sobre esa piedra desea seguir construyendo su futuro el equipo. No mucho mejor se encuentra su oponente, que también enlazó tres tropiezos ligueros de manera consecutiva. Una racha que rompió en su última visita al Fuenlabrada.