vitoria. Milko Bjelica integró ayer la expedición azulgrana que partió en el mosquito rumbo a Santiago de Compostela sabiendo que el de esta noche ante el Rio Natura Monbus será su último partido ataviado con la elástica del Laboral Kutxa. El montenegrino, cuyo vínculo temporal expira hoy mismo a la conclusión del decisivo enfrentamiento ante los gallegos, ha descartado prolongar su estancia en la capital alavesa y proseguirá su carrera en uno de los siete rivales con que se topará la formación de Scariolo en el Top 16 de la Euroliga.
Tras revalorizarse estos dos meses en el Buesa Arena, su próximo destino hasta el final de la temporada será el Anadolu Efes, que no sólo ha emprendido recientemente un drástico cambio de rumbo en el banquillo -Oktay Mahmuti ya es historia habiendo siendo relevado por Vangelis Angelou- sino también en la plantilla con la salida del interior Tadija Dragicevic. La noticia adquirirá rango de oficialidad en breve, posiblemente hoy mismo o, a lo sumo, mañana a primera hora cuando el cuatro-cinco haga las maletas con destino a la capital estambulí una vez preste el último servicio a un juego interior baskonista seriamente debilitado por el esguince de tobillo de Tibor Pleiss.
Antes de que concluya el plazo para formalizar nuevos fichajes de cara a la segunda fase de la competición continental, Bjelica engrosará la poblada nómina de hombres altos de la entidad cervecera, integrada ya por viejos conocidos como Kerem Gonlum -recién salido de una lesión de muñeca-, Dusko Savanovic, Semih Erden y el exbaskonista Stanko Barac. La propuesta económica procedente de uno de los ricos del pujante baloncesto turco ha sido irrechazable para el internacional montenegrino, con el que Josean Querejeta había entablado negociaciones para prorrogar el vínculo temporal de dos meses que suscribió a finales de octubre.
Lo cierto es que la marcha de Bjelica supone otro jarro de agua fría para las aspiraciones de un Laboral Kutxa obligado a acometer algún cambio en su plantilla para alterar una dinámica errática que puede dejarle a corto plazo fuera de la próxima Copa del Rey. La continuidad del balcánico suponía un quebranto para la delicada economía del club y obligaba a realizar un descarte en los duelos de ACB, pero nadie duda de que era imprescindible para Scariolo en la vertiente deportiva.
No en vano, el de Belgrado era de largo el pívot más en forma a las órdenes del italiano ante los altibajos de Pleiss, la grima de Hamilton a fajarse en la pintura y la escasa presencia física de Mainoldi. Los números dejan entrever la ascendencia de Bjelica en un colectivo al que ha brindado una ayuda excepcional para la clasificación hacia el Top 16. Si en sus ochos partidos dentro de la ACB, promedió 10 puntos y 5 rebotes, su papel en los ocho encuentros continentales ha resultado si cabe más notable -12,8 puntos y 4,4 rechaces- al erigirse en uno de los jugadores del torneo con mejor valoración por minuto disputado.