vitoria. A Josean Querejeta, que deseaba deshacerse de una ficha insoportable para las arcas del Buesa Arena, no le importó abrirle el pasado verano la puerta de salida sin percibir a cambio euro alguno porque sus brotes de desidia, su peculiar carácter y su controvertido comportamiento en el vestuario habían soliviantado a lo largo del curso anterior los ánimos de todos los estamentos baskonistas. Por lo visto, Maciej Lampe no ha aprendido la lección y ahora también vuelve a ser un foco de indudable tensión en el Barcelona, donde Xavi Pascual le dejó fuera el domingo de la convocatoria para recibir al Valladolid en el Palau.
Obligado el preparador blaugrana antes de cada duelo a sacrificar a dos jugadores al haber registrado el alta de Erazem Lorbek, uno de los que no se vistió de corto ante los pucelanos fue por motivos obvios el lesionado Kostas Papanikolau. La sorpresa saltó al conocerse que el otro descarte sería el interior polaco, cuyo rendimiento describe una clara línea descendente desde el arranque de la temporada.
En medio de una incesante cascada de rumores sobre una posible rescisión de contrato y su consiguiente marcha de España, el agente de Lampe ya apela al clásico discurso de negar todas las informaciones. Sin embargo, nadie obvia que esos desmentidos suelen ser los primeros indicios de que algo no va bien y acostumbran a precipitar el divorcio entre dos partes. Y es que los minutos del exbaskonista se cuentan ya con cuentagotas en los últimos tiempos y la relación con Pascual también se ha deteriorado, como pudo comprobarse con la agria discusión mantenida antes de un tiempo muerto el día que el Barça visitó Santiago de Compostela para jugar ante el Rio Natura.
El poste nacido en Lodz, que firmó un vínculo de dos años con la entidad blaugrana, ha trasladado a la Ciudad Condal la imagen abúlica que exhibió durante su etapa en Vitoria antes de abandonar el Laboral Kutxa por la puerta de atrás tras la dolorosa eliminación liguera ante el Gran Canaria. Debido a su etiqueta de jugador de formación y a su innegable calidad, debería ser un elemento indiscutible en todos los lugares donde es contratado. Sin embargo, no es así y Lampe se ha granjeado a pulso la fama de ser un tipo problemático que no se esfuerza al máximo en los entrenamientos, que genera mal rollo con sus compañeros y, en definitiva, carece de compromiso en cuanto las cosas vienen mal dadas.
El Barcelona asumió el riesgo del fichaje ante las inmejorables condiciones que precedieron su desembarco. Al ser ofrecido gratis por un rival directo y aterrizar con la carta de libertad bajo el brazo, Creus y Pascual no dudaron en hacerle un hueco en el vestuario. Lampe, reciclado al puesto de cuatro por la baja de Lorbek y la superpoblación de cincos como Dorsey y Tomic, arrancó la campaña a buen nivel. Al igual que ha sucedido con el equipo, el polaco se ha ido diluyendo como un azucarillo. Tanto en la ACB como en la Euroliga, promedia 9,1 puntos y 4 rebotes en 20 minutos, aunque el descenso de su protagonismo es notorio en los últimos tiempos.