tibor Pleiss vuelve a rayar a un álgido nivel. El espigado poste del Laboral Kutxa, predestinado a dejar el Buesa Arena el próximo verano para recalar en unos Thunder de Oklahoma de la NBA que le esperan con los brazos abiertos desde hace tiempo, volvió a convertirse ayer en el hombre diferencial de los alaveses para asegurar un nuevo triunfo que acerca el billete para la Copa del Rey. Dando continuidad a su excelente rendimiento ante el Unicaja y el Maccabi, el alemán resultó nuevamente determinante en los solitarios 18 minutos que permaneció en pista. Fue el reducido margen de tiempo que los tres colegiados encargados de impartir justicia le permitieron exhibirse en el vetusto Nou Congost al señalarle varias discutibles faltas de ataque que le privaron de un protagonismo más relevante.
Pocos dudan ya de que el Baskonia tiene un enorme filón con este liviano interior que está firmando unos números similares a los del mismísimo Tiago Splitter antes de que el brasileño decidiese cruzar el charco rumbo a los Spurs. El ex del Brose Baskets, diezmado físicamente por un golpe en el hombro, sufrió hace unas semanas una preocupante pájara que ya ha quedado atrás. Convertido por méritos propios en uno de los hombres altos más decisivos no sólo de la ACB sino también del panorama continental, sostuvo el juego interior y al equipo en general en una jornada donde el espeso combinado vitoriano padeció enormes apuros para anotar con un mínimo de regularidad.
Si no hubiese enfilado el camino del banquillo de forma tan prematura en el minuto 3, posiblemente la Bruixa d'Or no habría opuesto una resistencia tan feroz hasta los segundos finales de una confrontación áspera y trabada. Gracias a su mágica conexión con Heurtel en el pick and roll, Pleiss anotó siete de los primeros nueve puntos conseguidos por el Laboral Kutxa. Sin embargo, dos controvertidas personales en ataque -que acabaron propiciando un monumental enojo por parte de Scariolo- frenaron su ascensión y supusieron un balón de oxígeno para los locales, que gozaron de francas opciones de tiro debajo del aro sin la presencia de la torre teutona.
El técnico italiano le mantuvo relegado en el banquillo hasta el comienzo de la segunda parte, momento en que Pleiss volvió a causar estragos en la pintura manresana sin que los veteranos Asselin y Arteaga pudiesen atarle en corto. Por una simple cuestión de envergadura, resultó capital en los dos aros con una hegemonía implacable. Su único lunar fueron en esta ocasión los tres tiros libres que desperdició. Uno de los aspectos más destacables de la noche es que, por primera vez a lo largo de la actual temporada, compartió algunos minutos en pista con un individualista Hamilton. Algo que no suele ser habitual a la vista de que Scariolo aboga por abrir el campo con la presencia de un cuatro abierto.