CUANDO las situaciones se complican, es el momento de elegir entre dos opciones. Bien mantener la apuesta inicial o bien buscar la reacción a través de algún tipo de movimiento, en ocasiones arriesgado. El rival de hoy del Baskonia ha optado por esta última vía. Ante la evidencia de que la plantilla inicialmente confeccionada se queda muy corta para aspirar al objetivo de luchar por la permanencia y la cascada de fugas de la disciplina morada, los responsables de la entidad pucelana han optado por buscar un cambio de rumbo desde los despachos. De esta manera, en los últimos días han hecho oficial la contratación del veterano base estadounidense Jason Rowe, que debutará en la mañana de hoy contra el Laboral Kutxa. A sus 35 años, se trata de un experimentadísimo trotamundos de la canasta que afronta ese complicado reto con la ilusión de mostrarse en la mejor Liga del Viejo Continente, algo que se le había resistido hasta la fecha. Tras graduarse en la Universidad de Loyola, Chipre, Israel, Polonia, Argentina, Francia, Italia, Grecia, Turquía y Ucrania han sido los destinos como profesional de este menudo (178 centímetros) director de juego que tratará con su experiencia de reconducir la situación de un Valladolid que ha acusado hasta la fecha la falta de un timonel de garantías. Para ello, el jugador nacido en Buffalo no duda lo más mínimo a la hora de adoptar la responsabilidad de ser la referencia. "Estoy preparado para ser el líder del equipo, eso es lo que hace un buen base. Puedo aportar al grupo y ser el líder de la manera que el entrenador quiera, anotando, pasando o dirigiendo", destacó en su presentación. Rowe no ocultó tampoco que este nuevo paso es un desafío para él. "Llevo trece años jugando en Europa y quiero probarme y jugar contra los mejores aquí", reconoció.

El técnico Ricard Casas, por su parte, significó que con su fichaje "el equipo gana una nueva dimensión, ya que cuenta con una dilatada experiencia competitiva en Europa, es serio en su trabajo y aportará dirección y generación de juego".