Vitoria. Nadie diría que solo tiene 18 años viéndole su entrega, su pasión y sus ganas de comerse el mundo. La primera victoria liguera de la temporada ante el Estudiantes tuvo un nombre propio que, cuando desfiló hacia el banquillo por culpa de su quinta personal a falta de un minuto para la conclusión, recibió el merecido tributo de una afición que no acostumbra a regalar unos atronadores aplausos a nadie. Ilimane Diop, una de las jóvenes promesas azulgranas al que el difícil momento económico del Baskonia le ha hecho hueco este curso en su primera plantilla mucho antes de lo que su progresión aconsejaba, vivió su momento de gloria tras una actuación ciertamente embaucadora que dispara su cotización a la hora de ganarse un mayor protagonismo en los planes de Sergio Scariolo.

Por tratarse de un recién iniciado que empezó a jugar al baloncesto hace pocos años y del tercer cinco de un colectivo donde Pleiss y el ahora lesionado Hamilton figuran obviamente por delante de él, conviene mantener los pies en el suelo con él y no inflar un globo que, en otros casos similares, se ha terminado pinchando en cuanto los elogios se han subido a la cabeza. Mucho más tratándose de un diamante todavía por pulir que necesita seguir su camino con la misma humildad que hasta ahora. Sin embargo, los indicios apuntan a que Josean Querejeta puede haber encontrado un pívot para muchas temporadas si continúa puliendo sus defectos y, sobre todo, conserva esas ganas de comerse el mundo que evidencia en cada acción.

Motivada su aparición en este arranque de temporada por la baja de Hamilton, durante las jornadas anteriores ya dejó entrever que no se deja intimidar por nada ni por nadie. Le faltarán todavía horas de vuelo y muchos kilos para robustecer un cuerpo demasiado liviano que debe fortalecerse a lo largo de los próximos años, pero eso no significa que vaya a arredrarse ni rehuir la pelea ante interiores contrastados como Bourousis y Batiste que incluso podrían ser su padre al doblarle la edad. Si algo tiene, además de juventud, es descaro y personalidad ahora que acaba de alcanzar la mayoría de edad.

Frente a un timorato Estudiantes que compareció en el Buesa Arena sin el concurso de Lucas Nogueira, el refrescante ingreso de Diop fue de lo mejor de la noche. Scariolo le concedió la alternativa en el minuto 4 ante los múltiples errores de Pleiss ante el aro rival. El senegalés, reclutado por la dirección deportiva cuando militaba en el Adeje tinerfeño, varió el rumbo del partido. Intimidó atrás lo que no está en los escritos, reclamó el balón en ataque como si llevase toda la vida vistiendo la elástica azulgrana y, en definitiva, sus ganas contagiaron a un equipo que había arrancado con una marcha demasiado baja. Más allá de sus brillantes números (10 puntos, 2 rebotes, 2 tapones y 4 faltas recibidas en 14 minutos), el africano entusiasmó por su ambición. Ahora que el Baskonia se replantea seriamente la llegada de un interior que subsane la ausencia de Hamilton, Diop desea trasladar a todo el mundo la idea de que el mejor fichaje se encuentra en casa.