Vitoria. Se ha convertido en una constante, en una consecuencia lógica de disponer de jugadores del primer nivel, en uno de los ritos del verano, y el presente no va a representar una excepción. Cuando Sergio Scariolo abra la persiana del Buesa Arena para iniciar la pretemporada del Laboral Kutxa va a encontrarse mucho más corto de efectivos de lo que habría pensado. Una temporada más, y se pierde la cuenta de cuántas son ya, el equipo azulgrana emprenderá el periodo estival de preparación -algo que sucederá en torno al 19 de agosto- huérfano de varios de los puntales del equipo.
Cuando no es a causa de unos Juegos Olímpicos, como sucedió el pasado curso, es por un Mundial, y si no, como es el caso, por un Eurobasket. La calidad de los jugadores del equipo vitoriano los sitúa como piezas más que apetecibles para los seleccionadores de sus países de origen y hasta media docena cuentan ahora mismo con opciones de participar en la cita que acogerá Eslovenia el próximo mes de septiembre (del 4 al 22). La mitad de la plantilla azulgrana ha entrado en la preselección de diversos combinados nacionales que se medirán en el torneo. Y la gran mayoría, si no todos, parecen encaminados a entrar en la selección final.
Fernando San Emeterio (España), Tibor Pleiss (Alemania), Nemanja Bjelica (Serbia), Thomas Heurtel (Francia), Maciej Lampe (Polonia) y David Jelinek (República Checa) apuran sus vacaciones antes de incorporarse a las concentraciones de preparación de sus respectivas selecciones.
Salvando a Jelinek y a Heurtel, que más por su juventud que por su talento tendrán que sudar más para hacerse con el puesto, los otros cuatro jugadores no es que no ofrezcan ninguna duda, sino que aparecen como hombres importantes en los esquemas de sus seleccionadores. Lampe, Nemanja, San Emeterio y Pleiss se han convertido en fijos en todas las citaciones previas y todo indica que repetirán de cara al Eurobasket de Eslovenia.
La lista podría ser aún mayor. Fabien Causeur, otro baskonista europeo e internacional, faltará a la cita puesto que ha preferido tomarse un descanso este verano para recuperarse de los problemas físicos que arrastra. Una fascitis plantar, dolencia complicada y peligrosa que sufre por ejemplo el barcelonista Juan Carlos Navarro, ha aconsejado al escolta galo renunciar a entrar en la primera criba del técnico francés Vincent Collet.
En esa primera lista sí ha entrado, sin embargo, un Thomas Heurtel al que se le valora el crecimiento experimentado durante la pasada campaña. El timonel baskonista, no obstante, lo tendrá complicado. Entre los 17 citados de inicio, que han de quedarse en 12, hay cuatro bases. Dejando a un lado a la gran estrella gala, Tony Parker, el eléctrico base azulgrana deberá jugarse las castañas con Antoine Diot y Leo Westermann, dos duros huesos de roer que se interponen en el camino de Heurtel hacia su debut como internacional por Francia.
Maciej Lampe puede considerarse, de entre todos los baskonistas, como el que más peso tiene en su selección. El poste nacido en Lodz es junto a Marcin Gortat el gran referente de Polonia. El pasado año se perdió el Preeuropeo a causa de una lesión de tobillo que le trajo por la calle de la amargura en los primeros compases ligueros, pero en esta ocasión estará en Eslovenia para liderar al equipo de su país natal.
Más cambian las cosas para Fernando San Emeterio, que a raíz de las numerosas ausencias va a convertirse en uno de los veteranos de la selección española que defenderá su título de campeón continental. El cántabro, dentro de los doce elegidos por Orenga, tendrá la difícil misión de formar parte de un equipo obligado a ganar el oro aun huérfano de sus principales referentes históricos (Gasol y Navarro).
David Jelinek ha entrado en la convocatoria de la República Checa, un plantel sobrado de juventud y muy justo de experiencia donde tiene mando en plaza. Por su parte, Nemanja, fijo en Serbia, ha entrado en la primera convocatoria de Dusan Ivkovic y, salvo sorpresa, será otro de los baskonistas (aún lo es) que se verán las caras en la cita de Eslovenia. Scariolo deberá esperar a sus pupilos. El baskonismo se vuelve nómada un verano más.