Vitoria. Cuando el pasado viernes el Baskonia anunció que Adam Hanga deberá pasar por el quirófano seguro que muchos baskonistas sufrieron un déjà vu al unísono. Y es que, desgraciadamente para los intereses azulgranas, durante los últimos veranos parece sobrevolar por los alrededores del Buesa una maldición digna de la mejor película de la Hammer. El prometedor alero húngaro, cuyo aterrizaje en Vitoria se oficializó el pasado miércoles, ha sido el último en sufrirla, pero la lista de bajas prematuras es tan extensa y diversa que casi podría hacerse un quinteto inicial de garantías con ella.

No hace falta remontarse mucho. El año pasado, casi por estas fechas, el conjunto vitoriano firmaba a Taylor Rochestie, base norteamericano con pasaporte montenegrino que se presentaba en el Baskonia tras cuajar una excelente campaña en la liga francesa. Por aquel entonces nadie presagiaba que el director de juego iniciaba una prematura cuenta atrás que daría con sus huesos fuera del equipo en diciembre, pero en realidad para Rochestie el cronómetro empezó a descontar sus días cuando, el 14 de septiembre y recién llegado del Preeuropeo, se le detectó un problema en la rodilla que arrastraba desde hacía mucho tiempo.

Tras muchos dimes y diretes, el Baskonia acabó dando el o.k. a su lesión y Rochestie se quedó en el Buesa Arena, aunque visto el resultado tal vez ambas partes habrían salido mejor paradas de haber puesto tierra de por medio por aquellas fechas de incertidumbre. Fue precisamente otro norteamericano, Reggie Williams, quien protagonizó una experiencia similar a la de su compatriota un año antes, en 2011. Aquel verano, el Laboral Kutxa habría de aguardar también el advenimiento de la maldición veraniega en dos ocasiones, una de ellas de extrema gravedad -con Maciej Lampe como damnificado- y otra de menor calado sufrida por el antiguo escolta de Golden State Warriors.

En su corta etapa como integrante del cuadro dirigido entonces por Dusko Ivanovic Williams tuvo más éxito en las redes sociales -los vídeos que él mismo colgó en una gasolinera vitoriana o comiendo en un restaurante corrieron como la pólvora- que en la cancha. El 31 de agosto el club informaba de que su jugador permanecería al menos un mes de baja cuando todavía nadie le había visto siquiera jugar como azulgrana, y las alarmas de la afición, que se olía otro fracaso del tamaño de Groenlandia, no tardaron en activarse. Acertaron.

Reggie Williams rescindió su contrato con el equipo alavés el 25 de noviembre de aquel año, y tomó de nuevo el avión de vuelta a Estados Unidos dejando más pena que gloria en el Iradier Arena, porque su prematura marcha le impidió de hecho estrenar el renovado Buesa Arena. El verano de 2011 estuvo en realidad plagado de sobresaltos para los baskonistas, pues tan sólo dos días antes de que Williams cayera lesionado conocían la noticia de que otro de los fichajes estrella del periodo estival, el hoy todavía azulgrana Maciej Lampe, tenía que adentrarse raudo y veloz en un hospital de Estados Unidos para ser operado de una problemática fractura en la cadera que le mantuvo fuera de las canchas durante 247 días.

Dos años antes de que el pívot polaco trastocara los planes de la secretaría técnica con la lesión que le obligó a recuperarse durante varias semanas en Estados Unidos, donde por cierto se vio implicado en un pequeño incidente con la policía de Phoenix, otro jugador con pasado en la NBA, el argentino Walter Herrmann, también tuvo que postergar su debut con la elástica azulgrana en el verano de 2009 al fichar sin estar plenamente recuperado de un problema en la rodilla izquierda. Algo que, al igual que ahora con Hanga, le envió derecho a la sala de operaciones para ser tratado por el doctor Mikel Sánchez.

Un par de meses después, Herrmann acabó debutando al fin con el Baskonia y, pese a que no cumplió con las altas expectativas depositadas en él, sí resultó clave en algunos partidos, como en el ya mítico choque de Euroliga contra la Cibona de Zagreb. Junto a Herrmann, el verano de 2009 trajo consigo el fichaje de un Brad Oleson que, tras ser descartado por el Real Madrid, llegaba dispuesto a convertirse en el ansiado killer que había demostrado ser en Fuenlabrada.

Sin embargo, lesionado en el tobillo por disputar el tramo final de la temporada ya tocado para ayudar al cuadro madrileño, Oleson tuvo que pasar también por el quirófano al poco de su contratación -lo hizo hasta en dos ocasiones, la primera antes de que se hiciera oficial su firma por el equipo azulgrana- para tratar un tobillo que nunca llegó a ser el que era. Con todo, la lista de sobresaltos veraniegos en forma de lesión inesperada o mal curada tiene aún más protagonistas, como Pops Mensah-Bonsu y su fatídico reconocimiento médico en 2010 o, ya más lejano en el tiempo, la estúpida lesión en la pierna -se rompió la tibia y el peroné- que se produjo el americano Sherron Mills durante una pachanga veraniega en su Maryland natal en agosto de 2010. Y eso cuando acababa de obtener el pasaporte turco. Así las cosas, y vistos los precedentes, cuando este martes Adam Hanga se desplace a Vitoria para su artroscopia no estaría de más que se pasara la operación de menisco cruzando los dedos. Por si acaso.