vitoria. Si Josean Querejeta pretendía armar una plantilla para volver a pelear con los mejores equipos del continente, el nuevo proyecto del Laboral Kutxa va a encontrar a las primeras de cambio un excelente banco de pruebas para testar su rendimiento. El equipo azulgrana ha quedado encuadrado en el más complicado de los cuatro grupos de la primera fase de la Euroliga. El sorteo, celebrado ayer a mediodía en Barcelona, deparó unos poderosos compañeros de viaje al conjunto baskonista en su camino hacia el Top 16. Además del Panathinaikos y el Maccabi, los dos históricos que aparecieron en los bombos de mayor nivel, el lote lo completan el Lokomotiv Kuban, actual campeón de la Eurocup, el Estrella Roja, que está diseñando un plantel ambicioso para reverdecer laureles, y el vencedor de las rondas previas de la máxima competición continental.
"La dificultad es evidente pero eso aumenta nuestra motivación", aseguraba a los pocos minutos de conocerse el resultado el técnico del equipo vitoriano, Sergio Scariolo. "Es un grupo complicado, pero el objetivo va a ser clasificarnos para el Top 16", añadía el italiano, que afrontará la futura edición de la Euroliga con una motivación especial. Y es que Jordi Bertomeu aprovechó la celebración del sorteo para sorprender a todo el auditorio con la confirmación de la sede que acogerá la próxima Final Four.
No será Vitoria, ni ninguna otra de las grandes capitales que habían aparecido en las quinielas estas últimas semanas. El título continental se decidirá entre el 15 y el 18 de mayo en Milán, muy cerca de la Brescia natal de Scariolo. Pero para llegar hasta ahí, a unas alturas competitivas que antes parecían rutina y ahora se antojan demasiado lejanas, el Laboral Kutxa deberá afrontar un arranque muy exigente, tanto desde el punto de vista competitivo como desde el logístico, pues el bombo le deparó además viajes muy largos en la primera fase.
"Este año tampoco hemos tenido suerte aunque estamos ya acostumbrados a que siempre nos toque el grupo más difícil", se lamía las heridas Josean Querejeta, consciente sin embargo de que la dureza del lote, cimentada en el potencial y el pedigrí de algunos de los primeros rivales continentales, puede revertir en las arcas de un club inmerso ahora en la caza de abonados con los que sostener su delicado equilibrio presupuestario. "Por el Buesa van a pasar muy buenos equipos", promocionó el presidente del club baskonista, quien como Scariolo señaló un objetivo inequívoco para esta primera fase, por complicada que pueda parecer de antemano: "Tenemos que hacer todo lo posible para clasificarnos porque somos uno de los 16 mejores equipos de Europa, sin ninguna duda", zanjó.
La dificultad del grupo en el que quedó encuadrado el cuadro baskonista tiene que ver ante todo con la ausencia de cenicientas. A expensas de conocer la identidad del quinto oponente, ninguno de los otros cuatro parece a priori que vaya a descolgarse de antemano de la pelea. El Panathinaikos, que ayer renovó a su buque insignia, Dimitris Diamantidis, parte con derecho propio como cabeza de serie. El Maccabi, en un proceso similar al del Baskonia, trata de rehacerse para volver a competir con los mejores mientras que los otros dos, el Lokomotiv y el Estrella Roja, llegan con dos planteles bien construidos y apuntalados. El sexto componente del grupo saldrá de los combinados que pelearán en la previa (Varese, Oldenburg, Lietuvos Rytas, VEF Riga, Nymburg, Banvit, Khimki y Oostende), si bien en el caso de que fuera el Khimki, para no coincidir dos clubes rusos en un mismo lote, pasaría al lote del Unicaja y su plaza en este la ocuparía el Bayern de Múnich.
Del resto de los grupos, el A, en el que cayeron el Barcelona, el CSKA y el Fenerbahce se antoja también bastante duro, aunque en este caso quizá más por lo que se refiere a la lucha por la primera plaza que a otra cosa. Partizan, Budivelnik y sobre todo el Nanterre francés orbitarán en otra galaxia, en la pelea por la cuarta plaza para el Top 16. El choque de trenes que protagonizarán tres grandes técnicos de la talla de Zeljko Obradovic, Xavi Pascual y Ettore Messine añade aún más pimienta y morbo a la preciosa batalla que mantendrán los tres grandes aspirantes a la primera plaza.
Algo más descafeinados quedaron los otros dos lotes, en los que militan en Real Madrid (cabeza de serie del B) y el Unicaja (que cayó del tercer bombo que compartía con el Laboral Kutxa al C). El equipo de Pablo Laso, subcampeón continental, aparece como el gran favorito del segundo grupo, en el que deberá pegarse con Anadolu Efes y Zalgiris como principales rivales, al margen de Armani Milán, Brose Baskets y Estrasburgo, que completan el sexteto.
Unicaja también salió bastante beneficiado del sorteo. El cuadro malagueño, si hace bien las cosas y evita catástrofes recientes, dispone incluso de opciones de pelear por la primera plaza de un lote que comparte con un Olympiacos mermado (ha perdido ya a Hines y en breve puede perder a Spanoulis) y un Montepaschi que, aunque siempre es un rival complicado, no atraviesa días de gloria. El Galatasaray, el Zielona Gora polaco -equipo del que ha llegado Walter Hodge- y el Bayern de Múnich se antojan a priori un escalón por debajo, aunque los alemanas, poderosos económicamente, se afanan en armar un proyecto que les permita al menos acceder al Top 16.
Aún queda mucho para que el balón se eche al aire y arranque la temporada, que para el Baskonia sucederá el 17 o 18 de octubre en el Buesa Arena ante el Maccabi, pero lo que parece evidente es que la exigencia será máxima desde la primera etapa para el bloque de Scariolo. El equipo azulgrana, con ganas de reivindicarse, de volver a mirar a los ojos a los mejores, tendrá opciones de hacerlo desde el primer minuto. Tras el duelo ante los macabeos, en la segunda jornada le aguarda una visita al OAKA. Pero no hay miedo, como dijo el técnico italiano, sino más motivación. Harán falta toneladas, quizá las que se añoraron en cursos precedentes, y además desde el primer instante.