vitoria. La Euroliga busca sede para la próxima edición de la Final Four y Vitoria se postula como candidata una vez más. Sin embargo, la capital alavesa tendrá que competir con otras ciudades que también se barajan como posibles alternativas a Londres, donde en primera instancia iba a volver a disputarse la cita en 2014. A pesar de que aún no se ha hecho oficial, algo que sucederá en cuestión de semanas, los rectores de la máxima competición del baloncesto continental han quedado insatisfechos con el resultado del torneo que acogió el pasado fin de semana el O2 londinense. El experimento inglés ha fracasado y Josean Querejeta, que la pasada semana ya se postuló como alternativa, quiere aprovechar la coyuntura para saldar lo que considera una deuda histórica.

La Euroliga tendrá que ratificar en asamblea la decisión. El contrato firmado en su día con AEG, la empresa que gestiona el O2, contemplaba la organización de la reciente Final a Cuatro y la posibilidad de repetir en 2014, pero ambas partes disponen de una cláusula de rescisión que a todas luces se va a ejecutar. El plazo para hacerlo expira en junio. No obstante, son varias las filtraciones que en diferentes puntos de Europa permiten que se hable de alternativas. La de Vitoria, y esto no resulta una novedad, parece clara. El propio Querejeta, para quien esta posibilidad se ha convertido en un sueño obsesivo, lo dijo en la sala de prensa del Buesa Arena cuando compareció junto a representantes del Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación de Álava y el Gobierno Vasco para sacar pecho por la excelente organización de la última Copa del Rey.

"Yo me quiero retirar pronto, y no me quiero retirar sin que el Buesa Arena acoja una Final Four", aseguró el presidente del club azulgrana en una comparecencia en la que quedó reflejado el inmenso apoyo institucional que el Baskonia encontrará para la organización de cualquier evento. Y la ocasión ahora la pintan calva. El problema es que Vitoria no aparece como la única opción. Todo lo contrario. Hay otras ciudades interesadas, algunas de las cuales resultan mucho más atractivas para los rectores de Euroliga, que siempre ha obviado la capital alavesa, entre otras cosas, por la escasez de plazas hoteleras.

Belgrado, San Petersburgo, Kaunas y Berlín figuran en la nómina de alternativas. Ayer mismo salieron a la palestra esta ristra de opciones, que suponen una amenaza ante la fantástica oportunidad que se le presentaba a la capital alavesa de convertirse al fin en el escenario del torneo en el que se dilucida la identidad del campeón continental.

Las cuatro candidatas -a las que podría sumarse alguna otra en las próximas semanas- presentan un atractivo considerable que invita a tomar con mucha prudencia las opciones de Vitoria. Josean Querejeta, consciente de la realidad, prosigue con su labor de zapa. El lobby alavés, a pesar de la buena relación entre el máximo mandatario del Baskonia y el de la propia Euroliga, cuenta con una fuerza relativa en una organización que en estos últimos tiempos ha primado por encima de otros condicionantes la apertura de mercados. En ese contexto cabe entenderse la apuesta por Londres y, al mismo tiempo, comprender que varias de las ciudades que pujan por erigirse en el próximo escenario de la Final Four poseen más atractivo que la capital alavesa.

Berlín aparece de lejos como la principal amenaza. La capital germana dispone de una capacidad hotelera propia de una gran urbe, un aeropuerto de gran capacidad ubicado muy cerca del centro de la ciudad y cuenta además con un atractivo geográfico incuestionable. La Euroliga, no en vano, busca potenciar el atractivo del baloncesto en territorios estratégicamente tan relevantes en el Viejo Continente como Alemania, Francia y el Reino Unido, a pesar del fiasco que ha supuesto la experiencia de Londres, donde para llegar al sold out se llegaron a vender entradas por un precio hasta veinte veces inferior al estipulado de inicio. En Alemania, no obstante, el crecimiento del baloncesto difiere del ostracismo absoluto que padece en Inglaterra. Y ese es tan solo uno de los muchos argumentos que fijan Berlín como la principal candidata.

Los clubes germanos crecen, sin prisa pero si pausa. Este curso, sin ir más lejos, dos equipos teutones (Alba Berlín y Brose Baskets) se han colado entre los 16 mejores de la Euroliga. Aunque en esa segunda fase apenas pudieron competir ante rivales mucho más poderosos, su clasificación para el Top 16 supuso un éxito para ellos y un balón de oxígeno para la entidad que preside Jordi Bertomeu. No sería en todo caso la primera vez que la capital de Alemania acogiera el evento. En 2009 ya lo hizo. Y es que al margen de todos los demás atractivos, dispone de pabellón imponente y moderno, otro O2 con 16.000 localidades, inaugurado en 2008 y gestionado por la misma firma, AEG, que regenta el de Londres y también el de Praga, donde se celebró la cita con presencia del TAU en 2006. La excelente relación entre la Euroliga y la multinacional norteamericana podría suponer otro elemento de peso en la decisión final, sobre todo si en la ruptura del actual compromiso para una segunda Final a Cuatro en Londres se quisiera negociar una contraprestación.

La de San Petersburgo resulta otra apuesta diferente. Rusia no ha acogido el torneo desde 2005, cuando el Baskonia apeó al CSKA de su final, y el peso del dinero que en los últimos años están invirtiendo los clubes en ese país puede tener su tirón. En todo caso, cuenta a primer vista con menos atractivos que la candidatura berlinesa.

urbes de baloncesto Las opciones de Vitoria convendría encuadrarlas en otra categoría, más romántica, en la que entrarían las también alternativas de Belgrado, Kaunas, e incluso Ljubljana y Siena. Se trata de ciudades en las que el baloncesto se ha revelado como una religión, con clubes de tradición muy arraigada y donde la expectación se diluiría mucho menos. Juega en contra del Baskonia el hecho de que España sea el único país en el que la cita, desde que se instauró este modelo, se ha disputado tres veces (Madrid 2008 y Barcelona 2003 y 2011). Italia (Bolonia 2002) ha acogido una vez el torneo, por ninguna para los países balcánicos, a pesar de formar parte de la historia viva de este deporte.

Josean Querejeta ya puso las cartas sobre la mesa la pasada semana. Juega la baza de la deuda histórica, que existe por aquella final de la Copa de Europa que debió acoger Vitoria y que se frustró a raíz de la escisión con la FIBA, pero aporta también elementos tangibles como para obligar a Bertomeu a tener en cuenta su posición. Más allá del número concreto de camas de las que dispongan los hoteles de la capital alavesa y de las limitaciones del aeropuerto de Foronda, se cuenta con la oferta de Bilbao y Loiu, a poco más de media hora de camino (menos de lo que hay que recorrer en otras grandes urbes para llegar a los pabellones), así como de un Buesa Arena que tras la remodelación ya reúne todas las condiciones para acoger una cita de esta magnitud. Otros factores, no obstante, entrarán en juego.

Ahora sólo resta que la Euroliga haga oficial su renuncia a repetir en Londres y comience el baile. Para Josean Querejeta la cuenta atrás ya ha comenzado. Va a retirarse dentro de no demasiado y no quiere hacerlo sin ver cumplido su sueño. La Final Four es una de las pocas cosas que se ha propuesto y no ha conseguido. Todavía.