Vitoria. "Si un jugador en un momento determinado tiene un mal día, o no está bien, el entrenador lo retira del campo. Con los árbitros pasa o debería pasar lo mismo. Hay gente encargada de evaluar su labor. Si uno lo hace bien, se le debe promocionar. El que se equivoca, no merece que se le designe para partidos importantes. Al menos hasta que mejore". Lo dice Felipe Llamazares, uno de los colegiados históricos de la ACB. Con 621 partidos de la competición doméstica a sus espaldas, el antiguo trencilla leonés, que actualmente asesora al comité de árbitros de la ACB, aboga también por huir de las teorías que persiguen las conspiraciones, pero reconoce que es necesario que la labor arbitral se juzgue por méritos.
"Si lo hace bien, adelante. Si falla, que no pite. Los árbitros son igual que los jugadores. Son personas y pueden tener también un mal día", asegura Llamazares, que como parte del colectivo que sigue siendo reclama que no sólo se señale a este estamento cuando lo hace mal. A su juicio, sería también importante valorar su labor cuando aciertan, que suele coincidir con esos días en los que pasan más desapercibidos. "Es importante valorar también al árbitro en el acierto, no sólo en el error", reclama.
Llamazares, que durante su dilatada trayectoria también dirigió decenas de partidos internacionales, muestra su plena confianza en Kostas Rigas, máximo responsable del arbitraje en la Euroliga, con el que pitó. A pesar de que entiende a la perfección el malestar que pueda sentir la afición alavesa por lo sucedido en el choque ante el CSKA, recela de todo el que piense que pudiera haber una mano negra detrás. "Yo en 26 años que estuve arbitrando en la máxima categoría no recibí nunca una orden o insinuación de que tuviera que beneficiar a nadie. Y creo que eso no ha cambiado. Te puede salir bien o salir mal. Es como todo en la vida. No hay más", ataja.
El colegiado leonés, en este sentido, alaba el nivel del arbitraje de la Euroliga. A su juicio, mucho mejor del que había hace algunos años, cuando él aún estaba en activo, bajo el auspicio de la FIBA. "Creo que hay muy buen arbitraje. Ha mejorado mucho respecto a mi época. Cuando yo arbitraba, con la FIBA, había arbitrajes más caseros. Ahora hay mucho nivel. Son más valientes y eso es bueno para el baloncesto", asegura.
Fue quizá esa valentía lo que acabó perjudicando al Laboral Kutxa en aquel polémico partido. Christodoulou, un árbitro con mucha personalidad, se vino arriba. A Llamazares, sin referirse en concreto a este colegiado, tampoco le extraña. "A estos niveles el árbitro ya no se acobarda", asevera. Eso sí, está de acuerdo, como parte del estamento, con que a los colegiados se les juzgue según sus méritos.