Vitoria. Entre el Baskonia y el Barcelona ya es materialmente imposible que haya secretos. De tantas veces que se han cruzado desde el inicio de la temporada, debe existir un margen mínimo para que un técnico sorprenda al otro o viceversa. Las trampas tácticas se contarán prácticamente con los dedos de una mano a tenor de que el de esta noche será el quinto partido que mida a ambos conjuntos. Vitorianos o catalanes romperán hoy la igualdad existente, ya que ambos se han impuesto en dos ocasiones. Mientras que los primeros se llevaron el gato al agua en la doble confrontación de la ACB, los segundos hicieron lo propio en la semifinal de la Copa del Rey y en el encuentro correspondiente a la quinta jornada del Top 16 que supuso el adiós a la racha triunfal del Caja Laboral dentro de la Euroliga.
La secuencia de enfrentamientos arrancó el 4 de noviembre del año pasado. Posiblemente aquella fue una de las últimas victorias (80-69) más prestigiosas conquistadas por Dusko Ivanovic al frente del inquilino del Buesa Arena. Un superlativa segundo cuarto, resuelto con un parcial de 27-15, marcó el devenir de un pulso en el que los locales rayaron a un notable nivel.
No ha sido hasta este 2013 cuando la secuencia de partidos se ha intensificado. De hecho, estos dos clásicos continentales se han enfrentado tres veces en el escaso margen transcurrido entre el 24 de enero y el 3 de marzo. La semifinal copera, disputada el 9 de febrero y de infausto recuerdo para el Baskonia, se intercaló entre ambas fechas. Pese a la reciente victoria del conjunto de Tabak en el Palau (67-69) en la vuelta de la fase regular de la ACB, el Barcelona ha evidenciado la mayor amplitud de su interminable plantilla. Mucho más desde que la imperiosa venta de Brad Oleson diese con los huesos de uno de los principales bastiones del técnico croata en la Ciudad Condal.
El ogro culé cosechó dos inapelables triunfos en el Buesa Arena tanto en la Euroliga (79-90) como en la cita del K.O. (69-80) que dejaron un poso de resignación. El Caja Laboral compitió con entereza hasta que las fuerzas le abandonaron en la recta final víctima del desgaste anterior. Es el peaje que debe pagar un equipo que se ha quedado demasiado justo de efectivos. El Barcelona, por contra, dispone de catorce piezas para estrangular progresivamente el cuello a su rival. Dado que Oleson no puede participar en el torneo continental, Pascual se ve obligado a realizar un descarte. Los sacrificados suelen ser Abrines o Todorovic en vista de que Ingles, sin ficha en la Liga Endesa, sí actúa en Europa.