vitoria. Como si fuera un juego de detectives, el Baskonia ya ha activado la búsqueda del topo que ha alterado la tranquilidad del vestuario tras filtrar la marejada ocurrida el pasado viernes en el pabellón de La Paz y la Amistad poco después de consumarse la hiriente derrota ante el Olympiacos. Josean Querejeta, que sabe manejarse como pez en el agua en estas situaciones tan embarazosas y es un consumado experto a la hora de lidiar con estos asuntos turbios, anunció ayer que no le temblará el pulso para "tomar medidas" contra, supuestamente, el jugador que, a su juicio, ha violado el sagrado código de conducta que debe regir en un vestuario como el vitoriano aspirante a pelear por todos los títulos en juego. Cuando se sepa con certeza la identidad del culpable, el club le impondrá un castigo que puede ir desde una onerosa multa económica hasta incluso una posible rescisión de contrato.
Así lo dejó entrever la cabeza visible de un Baskonia que vuelve a verse en la tesitura de sacar el látigo como ya hiciera en otras ocasiones, especialmente durante la época de Neven Spahija. "Creo que este es un grupo de gente de los mejores que hemos tenido a lo largo de nuestra trayectoria. Es una plantilla implicada en el proyecto. Es normal que el entrenador, después de un partido, haga reuniones con los jugadores e incluso tome decisiones dentro del ámbito del vestuario y que no deben salir de ahí. Estoy tranquilo porque sé que técnico y plantilla seguirán haciendo un esfuerzo por seguir ganando. Lo único que me preocupa es que las cosas del vestuario se tienen que quedar dentro. Esta vez no ha ocurrido así y tomaré las medidas que tenga que tomar para que no se vuelva a producir", alertó.
En su esperado discurso, Querejeta trató de irradiar tranquilidad con el fin de apaciguar los caldeados ánimos y, para ello, dejó incluso entrever -no se sabe, eso sí, si con la boca pequeña- que está satisfecho con el rendimiento de un equipo que marcha segundo en la ACB y todavía posee las opciones intactas en la Euroliga. "No es un problema de liderazgo. Cada uno hace su papel y vosotros conocéis que hay una serie de códigos que se respetan. En los vestuarios se producen a veces situaciones complicadas porque hay muchos nervios. Esto se debe quedar dentro y cuando alguien incumple este código, no merece estar en este grupo", censuró. Cuestionado sobre si rescindirá el contrato de ese filtrador, no quiso soltar prenda. "No sé si cortaré a alguien. En este momento es evidente que alguien ha incumplido este código. Si tengo que tomar decisiones, las tomaré", avisó.
Tras gestarse la cuarta derrota consecutiva ante el Olympiacos, Tabak propuso una sanción económica para la plantilla por bajo rendimiento que, en principio, el presidente baskonista ve con buenos ojos y llevará a la práctica. "En Atenas, no pasó nada que no ocurra en todos los equipos varias veces a lo largo de una temporada. Que un entrenador coja a un grupo, hable con ellos e incluso les multe es una dinámica normal en los clubes. El problema es cuando se rompen los códigos del vestuario. Si no, la actuación de Zan sería normal y lo que ocurre en todos los equipos de primer nivel. No es algo novedoso", subrayó.
el sueño de los cuartos En lugar de hacer sangre con algunos jugadores que no están respondiendo a las expectativas, Querejeta quiso valorar en su justa medida el trabajo de un plantel que todavía se halla bien ubicado en dos competiciones exigentes. "Cada técnico tiene una forma de motivar al grupo, yo eso no lo puedo valorar. Está claro que si hacemos un análisis, estoy satisfecho del rendimiento en líneas generales. Hay que ver que hace tres meses estábamos fuera del Top 16, hoy en día contamos con posibilidades de estar en cuartos. En la ACB, estamos segundos, una posición por encima de nuestra realidad. Las conclusiones hay que hacerlas al final de la temporada, pero hasta ahora estoy satisfecho con los lógicos altibajos", reveló el dirigente azulgrana, para quien el Caja Laboral es "uno más" de los equipos con carencias. "No conozco ninguno que no las tenga", agregó en este sentido.
Con un partido trascendental a la vuelta de la esquina ante el Maccabi que debe corroborar los atisbos de mejoría mostrados ayer, no hubo margen para excesivos reproches y sí para insistir por enésima vez en que el Baskonia compite contra clubes más poderosos en lo económico. "No creo que la situación sea complicada. Los equipos tienen sus momentos mejores y peores, nosotros poseemos todas las posibilidades de estar en cuartos. Es un grupo muy difícil. Hay ocho clubes en Europa con un presupuesto por encima de 20-30 millones, así que debemos seguir luchando. Entrar en cuartos sería una gran ilusión. No estamos en el mejor momento de forma de la campaña, pero la situación no es para nada mala", corroboró.