Vitoria. "No estamos jugando como un equipo, no estamos actuando como un equipo y hemos vuelto otra vez a lo mismo del inicio de la temporada". Se puede decir más alto, pero desde luego no más claro. Con una rotundidad pocas veces escuchada desde su desembarco en la capital alavesa, Zan Tabak cargó con inusitada dureza contra el pésimo estado de forma de un Baskonia al que el Blusens empequeñeció hasta límites insospechados. "Disputamos un mal partido con 21 pérdidas, la mayor cifra desde que he llegado a Vitoria. Algunas fueron forzadas por la agresividad del rival, pero otras por no tener paciencia en la ejecución de los sistemas. Tampoco puedo estar contento con la defensa, ya que en el segundo cuarto permitimos demasiados tiros abiertos".

Los dardos de sus críticas más ácidas estuvieron dirigidos hacia los 84 puntos encajados por el equipo en tierras gallegas. "Hay una cosa básica. Podemos hablar de aspectos técnico-tácticos, pero cuando este equipo ha estado bien ha sido por jugar una buena defensa. Cuando paramos de hacer esto, volvemos a ser el equipo de antes. Últimamente cuando no nos salen las cosas en ataque, dejamos de cumplir con nuestra obligación. No somos un conjunto que pueda enfrentarse a alguien con la mentalidad de meter una canasta más porque carecemos de capacidad para hacer esto y así no podemos competir", recordó muy enojado el croata, que evitó "la excusa del cansancio" a la hora de justificar el varapalo.

La clave para salir de este monumental bache reside, a juicio de Tabak, en "seguir trabajando, no complicar la situación más de lo que ya es y subir la moral de los jugadores". En este último apartado, se extendió un poco más. "Con algunos, hablaré y con otros seré más duro porque hay otros que no están dando todo lo que pueden dar", avisó.

el vestuario, crítico San Emeterio y Nocioni también dieron la cara tras el 84-70 e hicieron autocrítica por lo sucedido. "Ha sido un desastre, sobre todo la segunda parte. Nos hemos vuelto a hundir. En cuanto las cosas se han torcido, cada uno ha hecho la guerra por su cuenta. Esto es culpa nuestra, antes podíamos tener excusas, pero ahora hay que mirarse al ombligo y levantar esto", denunció el cántabro. El Chapu, por su parte, se autoinculpó de su alarmante bajón y del exceso de revoluciones con que disputa cada encuentro. "La culpa no es de los árbitros, sino mía. Esta semana trataré de relajarme un poco. Con respecto al juego, es una situación que hay que arreglar ya mismo. Debemos reagruparnos otra vez y pensar en lo que viene. Ellos estuvieron físicamente muy por encima de nosotros", se lamentó.

El alero argentino instó al grupo a una reacción inminente y a dejar de lamerse las heridas por lo sucedido en la Copa. "Acá, más que hablar, hay que pasar a la acción. Ya nos pasó una vez esta campaña y, si vuelve a suceder, pecaremos de inocentes. Estuvimos en Lituania dentro de un vestuario con la cabeza baja y pensando que la temporada se acababa. Levantamos la cabeza y ahora retornamos a aquella situación. Normalmente, en un equipo se toca fondo una vez. Estamos arrastrando lo de la Copa y me parece que hay que pasar página", recriminó con la máxima sinceridad.