dusko Ivanovic ya se despidió una vez del baskonismo. En verano de 2005, tras haber culminado su quinta temporada al frente del equipo azulgrana, hizo las maletas y aceptó la golosa propuesta del Barcelona, que veía en él al técnico indicado para edificar un proyecto muy ambicioso. Sin embargo, lo que entonces fue un hasta luego, como quedó ratificado tres años después, en esta ocasión parece un adiós definitivo. El 2012 que ya languidece será recordado entre los amantes del baloncesto como el ejercicio en el que la directiva del Baskonia tomó la determinación de destituir al mejor entrenador de su historia. Tras dos temporadas en las que el equipo había regalado más decepciones que alegrías a su fiel hinchada, Josean Querejeta tuvo que armarse de valor para ejecutar una decisión que venía barruntando desde hacía tiempo y que ha puesto en tela de juicio la renovación por dos temporadas que le firmó en verano de 2011.

El Caja Laboral, que de la mano de Ivanovic ha conquistado dos de sus tres títulos ligueros y tres de sus seis entorchados de Copa del Rey, cierra el año con las mejores sensaciones en mucho tiempo curiosamente gracias a que el preparador nacido en Bijelo Polje, uno de sus símbolos históricos, abandonó un vestuario que ya no controlaba y donde buena parte de los pesos pesados se mostraba partidario del cambio. La llegada de Tabak, que ha obrado el milagro de meter al cuadro azulgrana en un Top 16 que, tanto por situación clasificatoria como por juego, parecía inalcanzable, ha devuelto la esperanza a una afición que no recordará 2012 con especial cariño.

Hace ahora poco más de un año, el 22 de diciembre de 2011, se confirmaba la hecatombe que venía insinuándose tras el sorprendente triunfo en la final liguera de 2010 ante el Barcelona. La marcha de Tiago Splitter, el último gran producto de la marca Baskonia, supuso el inicio de un declive que sólo en este último mes parece haberse detenido. Y en Miribilla, ante el ambicioso vecino, la tropa de Ivanovic sucumbió en un duelo a vida o muerte que a la postre supuso la eliminación a las primeras de cambio de la Euroliga. Por primera vez en la historia del club, por primera vez desde que existía la competición, el Baskonia se quedaba fuera del Top 16.

Así comenzó un 2012 en el que el Caja Laboral volvería a traicionarse y se quedaría por segunda temporada consecutiva sin disputar ninguna final. El crecimiento de los dos grandes clubes futboleros, a los que el equipo vitoriano siempre ha hecho frente pese al desequilibrio presupuestario, se ha vuelto a quedar a las puertas de todo.

Bien es cierto que la suerte tampoco ha acompañado. El inicio de la pasada campaña, marcada por las idas y venidas de jugadores, elevó la dificultad al máximo. Sobre todo porque Maciej Lampe, el jugador escogido para liderar el proyecto, se lesionó de gravedad y pasó casi la mitad del curso en la enfermería. Cuando sus problemas de cadera remitieron, el poste polaco volvió a un equipo en el que con Ivanovic tampoco cuajó la contratación de un killer como Reggie Williams y el panorama mejoró, aunque no lo suficiente como para alcanzar las cotas de gloria de los tiempos dorados.

Con Lampe como principal baluarte, demostrando que es uno de los mejores pívots del Viejo Continente cuando está centrado, el cuadro azulgrana cuajó una digna participación en la Copa del Rey celebrada el pasado mes de febrero en el Palau Sant Jordi. En la edición de los derbis regionales, en lugar del Bilbao Basket, habitual pareja de baile, el Caja Laboral se encontró en los cuartos de final con un Lagun Aro que plantó cara mientras le duró el oxígeno. Pero no fue lo suficiente.

Milko Bjelica (22 puntos), Mirza Teletovic (17 puntos y 8 rebotes) y Pablo Prigioni (15 puntos y 8 asistencias) bastaron para tumbar al equipo de Sito Alonso (72-65) en un duelo en el que Ivanovic pudo incluso reservar a Lampe. El turno del polaco llegaría en una vibrante semifinal ante el anfitrión. Frente al Barça, que posteriormente caería en la final ante el Real Madrid de Laso, el Baskonia desplegó durante media hora el mejor baloncesto que se le había visto en tiempo. Pero el conjunto de Xavi Pascual pisó el acelerador en el tramo final y sacó a relucir las carencias de un equipo que aún se encontraba muy lejos de poder competir ante los mejores. El doloroso parcial de 18-5 que los catalanes le endosaron en el último periodo de la semifinal (el duelo acabó 66-57) bastó para que la directiva se planteara la opción de reforzar la plantilla de cara a un play off en el que era necesario volver a enamorar a los aficionados.

Además de en lo deportivo, el arranque de curso había sido extraño en cuanto al escenario en el que el combinado gasteiztarra había disputado sus encuentros como local. El Iradier Arena, pabellón improvisado en el multiusos de la plaza de toros, nunca llegó a convertirse en el fortín que había sido un Buesa Arena cerrado por obras. Pero tras disputar algunos partidos de prueba, el 9 de abril el equipo pudo al fin estrenar el renovado recinto de Zurbano, ya habilitado para acoger a 15.500 personas en sus gradas. La directiva azulgrana supo componer el escenario idóneo para tal ocasión. El rival, el Real Madrid, sirvió como convidado de piedra para la cita que se convertiría en un acto de bienvenida a uno de los grandes hijos pródigos del baskonismo. Andrés Nocioni, máximo exponente del carácter que ha hecho grande a este club, regresaba a Vitoria para tratar de conferir al equipo azulgrana la capacidad que había perdido de mirar a los ojos a cualquier enemigo. Con el Chapu ejerciendo de Chapu (12 puntos y 8 rebotes) en su debut, el Caja Laboral sumó una victoria de prestigio que renovó las ilusiones de cara a una fase final de la ACB en la que volvió a faltar fuelle.

El equipo de Ivanovic compitió como siempre compitieron los equipos de Ivanovic. Y fue en junio donde desarrolló su mejor baloncesto. El equipo azulgrana se cobró la revancha con el Gescrap Bizkaia en los cuartos de final. Los bilbaínos cayeron por la vía rápida, en dos partidos, el segundo de ellos con un Prigioni decisivo en la prórroga. Pero lo mejor todavía estaba por llegar. Al igual que en 2010, cuando el Baskonia dinamitó todos los pronósticos, en la semifinal aguardaba de nuevo el Madrid.

Nadie daba un duro por los vitorianos, que aun así prolongaron la serie hasta el quinto partido. Obtuvieron una sorprendente victoria en el primer encuentro disputado en la capital (71-81) y el panorama cambió. Al Madrid, que aun así ganó el segundo (73-64), le entraron dudas. El Baskonia sumó el segundo triunfo cuando la serie volvió al Buesa (82-79) y gozó de una bala para apuntillar a los blancos y colarse de nuevo en la final. Pero la desperdició (66-76) y en el quinto y definitivo encuentro, de nuevo en el Palacio de los Deportes, sucumbió (76-69) a pesar de plantar batalla hasta el último suspiro. El buen sabor de boca que arrojó el equipo en el play off por el título, en gran medida gracias a la recuperación de Lampe y al retorno de Nocioni, propició que Josean Querejeta se replanteara la decisión que tenía tomada de buscar una salida digna para Ivanovic durante el verano. Olympiacos y Panathinaikos abrieron un proceso de selección de entrenadores y por momentos existió la opción de que el montenegrino acabara en el banquillo de alguno de los dos históricos clubes atenienses. Sin embargo, las negociaciones se frustraron. El presidente del Baskonia tenía incluso apalabrado ya el sustituto: Sito Alonso.

De nuevo con Ivanovic, Querejeta tuvo que afrontar la marcha de dos de los grandes referentes del equipo a la hora de armar la nueva plantilla. Una, la de Teletovic a los nuevos Nets de Brooklyn, se esperaba. Pero la otra no. Y trastocó mucho la planificación, hasta el punto de que la pasada semana aún se estaban buscando remiendos. Pablo Prigioni, que en este 2013 que arranca cumplirá 36 años, recibió una oferta irrechazable de los Knicks. Y se marchó.

Por ahí comenzaron los problemas, ya que la directiva baskonista no llegó nunca a dar con un director de juego que le mereciera la suficiente confianza como para ocupar la vacante del timonel de Río Tercero. Se fichó a Cabezas y Rochestie, pero no se pudo ceder a Thomas Heurtel, que a la larga ha acabado siendo el base titular. Ninguna de las alternativas ha satisfecho las pretensiones, así que hace unos días llegó un cuarto base, Omar Cook.

El pasado verano se marchó también Pau Ribas y llegaron dos apuestas de futuro: Fabien Causeur y Tibor Pleiss. Ambos parecen jugadores más que aprovechables para completar un plantel que, sin embargo, arrancó el presente curso con unas sensaciones horribles. La fractura entre Ivanovic y el equipo parecía definitiva. Y pudo haber resultado mortal para el equipo, de no ser porque Querejeta tomó a tiempo la decisión más dura, como él mismo aseguró en sala de prensa, que le ha tocado asumir como presidente. El 18 de noviembre, al término de un partido en el que el Obradoiro se llevó el primer triunfo de su historia del Buesa Arena, el despido de Ivanovic se hizo efectivo. Se cerraba la puerta a un tipo que ha dejado su marca grabada a fuego en el corazón de los baskonistas más devotos. Pero era algo más que necesario.

Así lo han atestiguado los resultados. Su sustituto, Zan Tabak, apenas ha necesitado de un mes para reconducir la situación. Tras sufrir en sus propias carnes el severo correctivo que el Zalgiris de su maestro Joan Plaza le dedicó en su debut, lo ha ganado todo. El croata, que ha recuperado anímicamente a un equipo deprimido y va poco a poco imprimiendo su propio sello, ha sumado diez victorias consecutivas. En Liga Endesa, ha encadenado seis triunfos para situar al Caja Laboral como único perseguidor del Madrid. Ya es segundo con 11 victorias y las mismas 3 derrotas que se encontró.

En la Euroliga su irrupción ha sido aún más providencial. Cuando Tabak aterrizó en la capital alavesa, el equipo se encontraba virtualmente fuera del Top 16 (1-5). Pasado el mal trago de Kaunas, supo recuperar al equipo para colarlo en la segunda fase. Los triunfos ante Milán, Efes y Cedevita bastaron para obrar el milagro. Pero aún pudo este jueves llenar un poco más los depósitos de confianza del baskonismo con un convincente despliegue ante el campeón, el Olympiacos, en el estreno del Top 16 que sitúa al Caja Laboral en el camino hacia los cuartos de final continentales. Está claro que 2012 será recordado como el año en el que el Baskonia se despidió de Dusko Ivanovic. Pero en breve será pasado, quedará como un borrón suprimible en la gloriosa historia de un club que quiere seguir escribiendo renglones gloriosos en un futuro próximo.