Vitoria. Si hay algún equipo que ha marcado una época en el baloncesto moderno europeo y ha pasado a la historia por sus logros sobre el parqué y, sobre todo, la manera de conseguirlos, ese es sin duda la mítica Jugoplastika de Split. En el friso entre la década de los ochenta y los noventa, este conjunto que consiguió reunir a una generación irrepetible justo antes de que la Guerra de los Balcanes desmembrara la antigua Yugoslavia y convirtiera el sueño en pesadilla, se hizo dueño y señor del continente conquistando tres Euroligas consecutivas (1989, 1990 y 1991). Sus actuaciones, permanecen tan frescas como si se hubieran producido ayer en la memoria de los buenos aficionados al baloncesto.

Sin embargo, lo que prácticamente nadie habría sido capaz de imaginar en ese momentos -ni probablemente bastante tiempo después- es que ese grupo de enormes jugones se iba a transformar en un semillero inagotable de futuros entrenadores. Y es que era tal el calibre de la pasión que les unía a este deporte que prácticamente ninguno ha podido escapar de la tentación de seguir ligado a él desde los banquillos. La mayoría, además, con notable éxito.

De esta manera, sus nombres continúan estando presentes en el baloncesto actual y ni mucho menos como referencias históricas únicamente. Buena parte de culpa de ello la tiene el Baskonia, que se ha convertido en un auténtico especialista en pescar en este nutrido caladero. El último ejemplo se ha producido esta misma semana. A la hora de encontrar un sustituto para Dusko Ivanovic -no hay que recordar dónde completó sus mejores años como jugador ¿verdad?- tras sus casi diez años al frente del equipo, Josean Querejeta decidió no buscar demasiado lejos. Echó un vistazo a alguno de los viejos pósters que reflejaban la plantilla de aquella inigualable Jugoplastika y descubrió la espigada figura un pívot casi imberbe que acabaría completando una notable carrera en la NBA y Europa. Desde el lunes, ese ya no tan joven Zan Tabak rige los designios del banquillo baskonista.

Pero, como queda demostrado con sólo comprobar la identidad de su predecesor, el poste croata no es ni mucho menos el primer integrante de aquel mítico equipo que tiene relación con el Caja Laboral. Como queda dicho, Dusko Ivanovic -que era uno de los veteranos del grupo cuando Tabak dio sus primeros pasos en el tricampeón europeo- ha sido la imagen reconocible del baskonismo durante casi una década dividida en dos etapas.

Precisamente en ese periodo de separación, la direciva azulgrana también acudió al mismo caladero para contratar a su entrenador. Así Velimir Perasovic, que ya había encandilado al público del Buesa como jugador, también tuvo su etapa como técnico (cortada de manera abrupta tras unos problemas de salud de Peras que el club aprovechó para cortarle).

Tras un breve periodo de interinidad de Natxo Lezkano, el banquillo baskonista pasó a manos del creador de aquel gran equipo y maestro de todos los que después se convirtieron en sus colegas de profesión. Bozidar Maljkovic, que esta misma semana también ha dimitido como entrenador del Cedevita, comandó durante unos meses a un Caja Laboral que cerró el ejercicio con más pena que gloria. Pero es que la relación Vitoria-Split se remonta mucho más atrás en el tiempo. Porque el ténico que sustituyó a Boza en la Jugoplastika y condujo al equipo a su tercer entorchado europeo, Zeljko Pavlicevic, antes había entrenado al entonces Taugrés. Por el Buesa Arena también pasó, años atrás, Goran Sobin, aunque en su caso como entrenador.

Pero los citados anteriormente no son ni mucho menos los únicos integrantes de aquella mítica Jogoplastika que han continuado su carrera en los banquillos. Así, el que fuera uno de los bases de aquel grupo de estrellas, Luka Pavicevic, es el actual seleccionador de Montenegro -además de dirigir al Roanne francés- y en su momento estuvo en la lista de futuribles para el Baskonia. Su compañero en la dirección, Zoran Sretenovic, también ha hecho carrera en la banda al frente, entre otros de Buducnost y Hemofarm. Con menor relevancia pero idéntica pasión han ejercido de entrenadores Goran Sobin -ayudante en varias escuadras y consejero del club de Split-, Ivica Buric -Siroki y KK Zagreb, entre otros-, Teo Cizmic -al frente del AZS Koszalin polaco y asistente de Jasmin Repesa- y Pasko Tomic (equipos inferiores).

No en el banquillo pero sí dentro del baloncesto profesional han permanecido dos de las grandes estrellas del tricampeón europeo. Zoran Savic ha ejercido de director deportivo y representante de jugadores mientras que Dino Radja tiene el control del club en el que deslumbró al mundo. En definitiva, una cantera inagotable que promete seguir protagonizando éxitos mucho tiempo. Ojalá que con Zan Tabak y el Baskonia como protagonistas.