Vitoria. Es probable que Sergio Scariolo, aunque sólo sea porque dentro de unas semanas tendrá que volver al Buesa Arena con su Armani Milán, estuviera ayer siguiendo el partido que enfrentó en el Buesa Arena a los dos equipos que se han repartido los cinco últimos títulos ligueros de la ACB. Si es así, debió de tomar nota de lo que hizo uno de los jugadores a los que menos bola concede en la selección española a la que condujo recientemente a la plata olímpica.
Fernando San Emeterio firmó ayer una actuación para enmarcar. Una más. El santo volvió para ayudar al equipo a levantarse tras el tremendo mazazo del jueves ante el Anadolu. Efes. Es más, él mismo se levantó después del mal partido que firmó en la Euroliga. Soberbio en defensa, donde se merendó a un Juan Carlos Navarro que había comenzado como una moto, y decidido para ejecutar sus habituales penetraciones en ataque, su entrada le cambió la cara a un Caja Laboral que arrancó con dudas.
A su lado en ese momento en el que todo varió de rumbo estuvieron Carlos Cabezas y Tibor Pleiss. El malagueño volvió a postularse como el base que aporta criterio al juego y el alemán impuso su ley para frenar la sangría interior. Junto a ellos, aunque en un papel más oscuro de lo habitual, estuvo un Nemanja imperial, que reboteó, intimidó y aportó muchas decisiones acertadas a un equipo azulgrana de nuevo ilusionante.